Un nuevo estudio demostró que los bebés de embarazadas que usan metanfetaminas tienen más riesgo de sufrir complicaciones graves, que los hijos de las mujeres que no toman esa droga de venta ilegal.
Conocida también como meta, es un estimulante muy adictivo que se inyecta, aspira, fuma o se traga. La forma llamada "meta cristal" parece fragmentos de cristal y se fuma con una pipa de vidrio.
Los autores hallaron que en las embarazadas surgió riesgo de muerte como consecuencia de la presión alta.
Desde los últimos 15 años va en aumento el consumo de esta droga por parte de embarazadas, constituyéndose en un verdadero problema en Estados Unidos.
El equipo de Ido Solt, del Centro Médico Cedars-Sinai, de Los Angeles, decidió analizar la ingesta en las mujeres que esperaban un hijo, después de tratar a tres en gestación que se hallaban internadas en la unidad de terapia intensiva, con presión alta sin controlar. "El denominador común era el consumo de metanfetamina", aclaró.Solt .
El equipo comparó a 276 consumidoras de meta, que tuvieron un bebé en un hospital de Phoenix entre los años 2000 y 2006, con otras 34.055 mujeres que parieron a su hijo en el mismo período y hospital (grupo de control).
Las usuarias de meta admitieron su consumo, que además arrojó resultado positivo en análisis de laboratorio.
Durante ese tiempo de evaluación la cantidad de consumidoras embarazadas aumentó de 22 en 2001, a 43 en 2004, y a 77 en 2005. En la mayoría de las mediciones realizadas, las usuarias y sus bebés evolucionaron con complicaciones.
La mitad de las drogadictas sufrió un parto prematuro, a diferencia del 17 por ciento del grupo de control. El 29 por ciento atravesó por una cesárea, en relación con el 23 por ciento de las embarazadas no consumidoras.
Casi el 20 por ciento de las embarazadas consumidoras padecía hipertensión sin controlar, mientras que al 10 por ciento se le desprendió la placenta antes del parto. Ambos inconvenientes suelen ser poco frecuentes en ese país.
Dos tercios de las usuarias de metanfetamina efectuaron menos de cinco consultas prenatales; en tanto, sí las hicieron alrededor del 10 por ciento del grupo de control.
El 6 por ciento de los bebés de las consumidoras de metanfetamina obtuvo un puntaje bajo en un test para medir su salud; en cambio, los recién nacidos de la cohorte de control llegaron sólo al 1 por ciento.
Por otra parte, el 4 por ciento de los bebés expuestos a la droga murió inmediatamente después del parto; en el grupo control el porcentaje fue de 1.
Casi un cuarto de las consumidoras había sido víctima de violencia doméstica en el embarazo y el 40 por ciento de los bebés expuestos a la metanfetamina debió ser adoptado temporalmente, ubicado en el Servicio de Protección Infantil o en un hogar sustituto.
Las consumidoras de metanfetamina tendían a ser mujeres mayores, blancas y angloparlantes. El 12 por ciento estaba casada; el 46 por ciento de las que no se drogaban vivían en matrimonio.
Obstetrics and Ginecology