Quienes se someten a esta cirugía experimentan una notable mejoría en la calidad de vida. Reinician su actividad plena y normalmente; incluso, en la mayoría de los pacientes, desaparecen los síntomas.
Denominada “cirugía de puente coronario” consiste en una técnica de derivación cardíaca para evitar una obstrucción de las arterias que irrigan el corazón.
Investigadores de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, compararon a 176 pacientes mayores de 80 años, sometidos a by pass, con otros 48 de la misma edad que sólo recibieron medicación.
Concluyeron que la técnica es efectiva aún entre octogenarios.
El by pass aortocoronario incrementó en 10,9 años las expectativas de adultos mayores.
Es un procedimiento con apenas un 2% de mortalidad y una eficacia en el 95% de los casos. Prolonga la vida de aquellos que sufrieron un infarto agudo de miocardio, como de pacientes que disponen de obstrucciones que lo preanuncian.
Creado por el cardiólogo argentino René Favaloro, el by pass es una circunvalación de las arterias parcialmente bloquedas, que se realiza con segmentos de otras venas o arterias, de modo de restaurar la circulación normal.
Es mínimamente invasivo; la incisión es muy pequeña y se efectúa mientras el corazón late, disminuyendo así el riesgo de complicaciones.
Deriva el flujo sanguíneo alrededor de uno o más vasos sanguíneos obstruidos. El cirujano corta una sección de una vena del muslo (vena safena) o utiliza una arteria de la pared torácica (arteria mamaria interna).
En algunas ocasiones, el especialista usa una arteria de otra parte del cuerpo. El vaso sanguíneo extirpado quirúrgicamente se llama “injerto·”, que es posible cortarlo en secciones con el objeto de derivar el flujo sanguíneo alrededor de las arterias coronarias obstruidas.
Tras una incisión en el tórax, el cirujano conecta un injerto por encima o por debajo de la obstrucción, a fin de restablecer el flujo sanguíneo.
La manera habitual de abordar el tórax consiste en la apertura del esternón, que permite procedimientos complejos. Finalizados los puentes, se une el esternón con alambre de acero inoxidable, especial para esta cirugía.
Otra vía de abordaje –exclusivamente en situaciones especiales- es la minitoracotomía, por medio de una mínima incisión de 10 cm. a la altura del cuarto espacio intercostal izquierdo.
Se realizan con o sin circulación extracorpórea, según la complejidad del caso y las características del paciente.
La circulación extracorpórea es la manera habitual; facilita el detenimiento del corazón para trazar los puentes sin dificultad. El corazón, en tanto, es protegido con sustancias “cardioplégicas” que preservan las células cardíacas hasta que se reinicia la circulación coronaria.
La arteria mamaria se conecta a la arteria descendiente anterior con la sutura de hilos especiales en sus dos extremos.
Concluidos los puentes, se recomienza la actividad del corazón, aumentando su temperatura y con una pequeña descarga eléctrica.
La ateroesclerosis (acumulación de placa) -en una o más de las arterias que van al corazón- provoca una reducción en el flujo de sangre, incrementando la posibilidad de un ataque cardíaco o de dolor de pecho o angina.
En muchas circunstancias se aplica la angioplastía: la placa se comprime contra la pared interior de la arteria; crece el diámetro interior de la arteria y es factible así un mayor flujo de sangre.
Obstrucción del tronco de la arteria coronaria izquierda.
Obstrucción proximal de dos o tres arterias epicárdicas (coronaria derecha, circunfleja o descendiente anterior), o de la descendente anterior.
El más común es la angina de pecho.(dolor temporal del tórax que aparece cuando el corazón no tiene suficiente oxígeno).
El cirujano crea una vía alternativa –o puente- para evitar la obstrucción de la arteria, por arriba del área de bloqueo en una arteria llamada aorta. De este modo, logra que la sangre siga fluyendo.
El alta se dicta a partir del quinto día, transcurriendo las siguientes etapas: recuperación cardiovascular; cuidados intensivos e intermedios.
Fuente: Fundación Favaloro, Argentina