El cáncer uterino es proclive a surgir como consecuencia de las relaciones sexuales prematuras, por lo cual su prevención es preocupación del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), en lineamiento con las instrucciones que en este sentido acaba de divulgar la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La prevención consiste en “el despistaje” al tomar la citología de manera periódica a todas las mujeres que comienzan la vida sexual activa.
El cáncer es provocado por la infección del virus del papiloma humano y que agrupa más de 100 tipos de virus. De ellos, alrededor de 20 atacan el tracto genital femenino, aunque unos pocos reúnen alto poder oncogénico, es decir, la propiedad de transformar la célula en una tumoral.
En todas las edades es importante la detección precoz, si bien la ONU remarcó la importancia de ejecutar estudios en mujeres que inician su vida sexual a edad temprana.
El 100% de lesiones en el cuello es factible de tratamiento para evitar el cáncer, ya que las mujeres generalmente tienen un cuello normal, pero otras presentan un aspecto inflamatorio con lesiones pre malignas. Estas últimas circunstancias deben ser tratadas, ya que existe un periodo bastante prolongado antes de que evolucione un cáncer dada su forma lenta de avanzar.
Una vez que las mujeres se someten a un análisis de detección, solo deben esperar entre siete y ocho días para obtener los resultados.
La existencia de un virus del papiloma humano en la citología, no significa siempre significa un cáncer. No obstante, hace falta un control de la infección, de modo de verificar si está surgiendo una lesión pre cancerosa”.
La ONU enfatizó que es imprescindible efectuarse una citología una vez al año y más continua aún si se halla algún problema.
La citología practicada una vez anualmente, previene casi el 100% de cáncer de cuello uterino.
La tendencia de la enfermedad se da en general entre los 25 y 64 años, pero el adelantamiento de las relaciones sexuales muestran a muchas jóvenes con lesiones precancerosas.
Los factores de riesgos en jóvenes son: tener varias parejas sexuales sin protección, los flujos vaginales e infecciones sin tratamiento, fumar tabaco y una mala alimentación.
El único camino para combatir el peligro de incurrir en la enfermedad, es que las adolescentes con relaciones sexuales prematuras se sometan a estudios periódicos de citología.
Las adolescentes deben postergar lo más posible el inicio de las relaciones sexuales; si las hacen, siempre tienen que adoptar conductas responsables, protegiéndose con métodos anticonceptivos como el preservativo.
Otra recomendación: no deben dudar en acudir a un especialista que las orienten sobre salud reproductiva, mal nutrición y obesidad.