MALOS HÁBITOS NUTRICIONALES
QUITAN EFICACIA A LA ACTIVIDAD FÍSICA
En los últimos diez años va en alza el aumento de peso en la preadolescencia.
El 45% de esta población presenta kilos de más, el 26 % tiene sobrepeso y el 19% obesidad.
Estos porcentajes relevados en España muestran resultados semejantes en el mundo entero.
Y lo que es peor, aún practicando gimnasia, esta actividad pierde eficacia con hábitos alimentarios no nutritivos.
Costumbres alimentarias y tiempo de ocio
Siempre un chico con sobrepeso es producto de una falta de hábitos saludables: costumbres alimentarias inapropiadas y una mala aplicación de los tiempos de ocio.
En este aspecto, Eroski Consumer cotejó datos internacionales y a la vez entrevistó a 1500 hogares de nueve comunidades autónomas (Andalucía, Islas Baleares, Castilla la Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco), donde vivían niños de entre 5 y 12 años.
Adultos responsables: madres y nivel de estudios
Tres de cada cuatro madres eran las responsables de la compra de alimentos y el 58% reunía una edad de 35 a 44 años.
Su nivel académico era el siguiente: 33% habían concluido estudios universitarios, 37% eran bachilleres superiores y 22% bachilleres elementales.
Rutina alimentaria, comidas diarias, deporte, sedentarismo
La niñez es el momento decisivo para consolidar buenas prácticas nutricionales y de ejercicio físico.
Las comidas insalubres, las características de los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas, la frecuencia de consumo de productos alimenticios fuera de horario y las actividades que los chicos cumplen en sus momentos libres (deporte fuera y dentro del colegio, uso de consola y videojuegos), son determinantes para marcar el estrecho vínculo entre la alimentación y el sedentarismo con la obesidad y el sobrepeso infantil.
Malos hábitos desde la infancia se proyectan a lo largo de la vida
Si desde la infancia se adquieren costumbres erróneas en estas materias, ellas es muy posible que se mantengan a lo largo de toda la vida y perjudiquen a la salud.
Los padres se equivocan en la nutrición
Si bien el 75% de los progenitores manifestaron su creencia de que sus hijos recibían una dieta equilibrada, la realidad demostró lo contrario.
Poca verdura, muchos derivados cárnicos, bollería industrial
Todavía se proyectan errores en la nutrición: poca verdura, muchos derivados cárnicos y bollería industrial.
También el deporte es una asignatura pendiente, aunque sólo el 14% de los menores bajo investigación no realizaba ninguna actividad física.
Sin embargo, abundó en la mayoría de los hogares más tiempo de lo aconsejable para utilizar la computadora o ver TV.
Se necesitan 30 minutos diarios de actividades aeróbicas
En las escuelas se suelen dedicar como mínimo dos horas semanales a la gimnasia y lo recomendable es que los estudiantes hagan por lo menos 30 minutos de ejercicios aeróbicos cada día.
Alta ingesta calórica, proteínas y grasas
Con los años se ha venido incrementando el consumo calórico con más proteínas y más grasas.
Lo ideal es ingerir cinco comidas por día. Aunque Eroski Consumer verificó que así se hacía en el 88% de los hogares (sólo 12% cuatro comidas y 0,4% tres) la calidad de los alimentos distaba de ser variada.
Entre los 5 y 12 años se crece anualmente ocho centímetros
Si se considera que los niños de 5 a 12 años crecen anualmente hasta 8 centímetros, es imprescindible que cuenten con una alimentación variada que les permita desarrollar actividades físicas sin inconvenientes y se conserven sanos.
Verdura todos los días
La primera recomendación es incluir ensaladas y verduras de forma diaria en la dieta de los hijos.
En la encuesta, el 50% de las familias admitió que concretaban esta máxima.
El resto utilizaba estos alimentos de dos a tres veces por semana (34%), una o dos veces semanales (12%) u ocasionalmente ( 2%).
En otro 2% de los hogares nunca se comían verduras.
Arroz, pasta y papas
El arroz, la pasta y las papas deben comerse de manera alternada de dos a cuatro veces por semana.
El 63% de las casas sostenían este hábito, pero lo negativo reside en que estos alimentos en un 14% formaban parte de la dieta de todos los días.
Legumbres
Los escolares precisan legumbres en su dieta de dos a cuatro veces cada semana y solamente el 30% de los 1.575 domicilios encuestados aseguró que lo hacía.
En general (64%) reducía su consumo a una o dos veces cada semana; 4% cada tanto y un 2% en ninguna oportunidad.
Carne y pescado
Consumer Eroski informó que los chicos en la edad comprendida entre 5 y 12 necesitan comer pescado y carne de 3 a 4 veces por semana.
El 76% de las madres dijo que comían carne de dos a tres veces y un 35% sostuvo que el pescado lo consumían una o dos veces semanales.
Por último, el 3% manifestó que incorporaban ambos en forma ocasional en sus distintas comidas o ninguna vez.
Huevo
Debe alternarse con la carne y el pescado y hasta cuatro unidades a la semana.
Es el alimento que posee proteínas más completas y de más valor biológico, por lo que es muy apropiado en la preadolescencia,
Un 32% -siempre según la encuesta- lo comía semanalmente de dos a tres veces ; 62%, en una o dos ocasiones.
Hamburguesas, salchichas, embutidos
Hamburguesas, salchichas, embutidos contienen un alto nivel de grasa saturada, colesterol y sodio. En gran parte llevan añadidos proteínas de la leche que son contraindicados en alergias e intolerancias alimentarias.
Son prescindibles y pueden sustituirse por otros alimentos.
En un 27% de los hogares, los derivados cárnicos se consumían a diario y en otro 30% dos o tres veces a la semana.
Más alimentos prescindibles
Son los platos precocinados y se debiera aceptarlos esporádicamente y sin abusos.
Esta norma la cumplió el 47% de los domicilios y el 39% de las madres afirmaron que siempre los soslayaban.
Fruta fresca
Son harto conocidos sus beneficios si se comen todos los días. El 80% de los padres indicó que sus hijos así lo hacía; 13%, 2 o 3 veces a la semana; 4%, 1 o 2 veces; 2% cada tanto y el 1% jamás se la daba a sus pequeños.
Golosinas, chucherías
Igualmente de prescindible son las golosinas y chucherías: dan calorías vacías, no nutren y sacan el apetito.
El 4% de los padres se los proveen a sus chicos todos los días; el 29% rara vez o nunca; otro 29% una vez por semana; el 26% dos o tres veces en especial sábados y domingos; 11% entre una y tres veces por mes.