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LA COMIDA CONTAMINADA ES LETAL 

Millones de adultos mueren cada año por bacterias y toxinas presentes en la comida, según nuevos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La investigación responsabiliza de 1,2 millones de muertes anuales de personas de más de 5 años a los alimentos inseguros en el sudeste de Asia y Africa, aunque también se refirió a cómo afecta a los países desarrollados.

Los problemas relacionados con comida y agua contaminada se consideran desde hace mucho una amenaza para los niños pequeños, que pueden deshidratarse rápidamente, indicó Jorgen Schlundt, microbiólogo danés y funcionario de la OMS.

Chicos y ancianos

Los chicos mayores y los ancianos son especialmente vulnerables a enfermedades graves por consumo de alimentos y agua contaminados con salmonela (infecciones diarreicas por esta bacteria); listeria (una enfermedad grave al ingerir ciertos alimentos preparados, si se espera demasiado tiempo para comerlos); E. coli (germen que causa cólicos); hepatitis A  (inflamación aguda del hígado) y cólera (infección intestinal diarreica).

Los expertos en seguridad alimenticia ahora están buscando medir la carga de estas afecciones en personas de más de 5 años en el mundo árabe, América Latina y el resto de Asia, incluida China.

Asimismo, dijo Schlundt, los funcionarios de salud ya están reconociendo la necesidad de tener en cuenta los tipos más peligrosos de contaminación en sus regulaciones industriales y estándares comerciales.

Lechuga, pepinos, espinaca, carne y moho

Muchos de los contaminantes que han sido titular en los últimos años, como la salmonela y la E. coli, también existen en los países desarrollados, pero allí son controlados con detenimiento.

Las autoridades sanitarias de las naciones desarrolladas actualmente pueden documentar mucho mejor los riesgos de salud  alimentarios, debido a las pruebas que rápidamente pueden conectar los casos de enfermedad con la comida contaminada, como lechuga, pepinos, espinaca y carne.

Pero el especialista de la OMS explicó que algunos problemas también se han vuelto más habituales en el sistema alimenticio junto con la globalización del suministro de comida y el incremento de los métodos de producción modernos, que pueden propagar las enfermedades en forma rápida y a gran escala.

"Hay ciertos patógenos que incrementaron su presencia en los últimos 20 o 30 años. Algunos inconvenientes claramente han cambiado y se han vuelto mayores debido a las formas en que producimos", añadió Schlundt.

"Medidas simples pueden reducir los niveles de químicos y toxinas que contienen los alimentos, como evitar las condiciones en las que el moho puede prosperar", sostuvo el científico de la OMS.

"Las técnicas utilizadas en las granjas también pueden erradicar los microorganismos de la cadena alimenticia y exterminarse los
parásitos apuntando a sus huéspedes y a los patrones de transmisión", expresó.

"Dado que ahora está claro que algunos alimentos son más vulnerables a determinados patógenos que otros, los funcionarios sanitarios deben concentrar sus energías en el control de las zonas que implican el mayor riesgo potencial de enfermedad", manifestó Schlundt.

"Otra parte vital de la lucha contra la contaminación alimenticia es tener consumidores que tomen las precauciones necesarias a la hora de preparar la comida y asegurar que los pacientes y empleados de salud consideren seriamente síntomas como la diarrea", concluyó Schlundt.