Es una verdura rica en minerales y oligoelementos como calcio, magnesio, cloro, cobalto, cobre, hierro, fósforo, yodo, níquel, potasio, silicio, cinc y azufre.
Contiene importantes cantidades de vitaminas A, B y C. Está compuesta por un 91% de agua, 7% de glúcidos y 1% de proteínas.
También alberga un aceite esencial que dispone de una sustancia llamada alilo, con propiedades bactericidas y fungicidas.
La gluconquinina de la cebolla es considerada “la insulina vegetal” que ayuda a combatir la diabetes.
Disminuye el nivel de azúcar en sangre. Afecta el metabolismo hepático de la glucosa y/o alza el lanzamiento de la insulina. Contribuye a depurar la sangre, desinfectándola. Posee bajo contenido en azúcares, grasas y calorías y un elevado porcentaje de fibra.
Para aprovechar mejor sus propiedades, se recomienda comerla cruda en ensaladas.
La cebolla cocida puede ser muy beneficiosa para esta afección por su aporte de agua.
La diarrea produce una importante pérdida de agua, se aconseja beber un caldo vegetal con cebolla. Esta cura puede reforzarse con el consumo diario
de cebollas crudas, por su capacidad de combatir microbios, bacterias y hongos, desinfectando así el intestino.
Tiene una notable función diurética, lo cual colabora con el funcionamiento de los riñones.
Los minerales de esta verdura son ideales para las arterias, ya que favorecen su elasticidad y las mantiene libre de grasas. También se aconseja para problemas cardiovasculares vinculados a la alta presión arterial.
Gracias a su riqueza en tiosulfinatos, alivia la constricción de los bronquios. Es muy rica en quercitina que calma las alergias y, debido a su poder bactericida, hace frente a las infecciones respiratorias.
Asimismo, es efectiva para cálculos biliares, dispepsia o trastornos del estómago, al tiempo que combate la digestión deficiente.
Es una eficiente destructora de gérmenes para resfriados, gripes, catarros bronquiales, catarro de la nariz con estornudos, laringitis, neuralgias de la cara,
cabeza, cuello y pecho; se recomienda comerla cruda, sola, o mezclada con ensaladas.
Se humecta la piel del rostro con el jugo de una cebolla cruda, masajeando hasta que se absorba.
Las verrugas pueden eliminarse aplicando diariamente un emplasto de jugo de cebolla y vinagre.
Además, su jugo es útil para la caspa y la caída del cabello mediante sucesivas fricciones.
Fluidifica la circulación sanguínea y lucha contra enfermedades circulatorias como arteriosclerosis, colesterol, hipertensión, angina de pecho y hemorroides.
Algunas investigaciones sostienen que favorece el desarrollo del tejido óseo con la ingesta de esta verdura en forma cruda.
Científicos argumentaron que los individuos alimentados con un gramo diario de cebollas deshidratadas presentaban huesos más fuertes, reduciendo el desgaste óseo en un 20 por ciento.
Recientes investigaciones asocian el consumo de cebolla con la inhibición de la enfermedad. Los compuestos azufrados y los efectos antioxidantes de esta verdura serían responsables contra la aparición de células cancerosas en el estómago.
Los hombres con problemas de próstata deben consumir cebolla diariamente.
Ayuda en los reumatismos, eliminando ácido úrico.
El fósforo y el azufre la hacen apropiada para casos de depresión, agotamiento nervioso o insomnio.
Regulariza el ciclo menstrual.
Es útil para sabañones.
Aumenta la temperatura del cuerpo, estimula la sudoración y disipa el frío.
Incrementa la lucidez mental.
Se considera ideal para la falta de deseo sexual.
Fuente: Lic. María Fernanda Cristoferetti, nutricionista argentina.