Todas las investigaciones científicas manifiestan su acuerdo en el sentido de que el consumo excesivo de alcohol es malo.
No obstante, hay una cantidad de ingesta alcohólica que no pone en riesgo la salud y hasta ofrece beneficios.
El hígado descompone y elimina el alcohol y tarda en procesar ocho gramos (medio vaso de vino o media botella de cerveza clara).
En consecuencia, el consumo excesivo de alcohol no sólo deja una resaca al día siguiente sino que a largo plazo perjudica en forma irreparable tanto el hígado como otros órganos.
"Los efectos acumulativos de la ingesta alcohólica excesiva, en especial cuando se hallan asociados a una dieta insalubre, lesionan cada parte del organismo", indicó la doctora Trisha Macnair, experta de la Asociación Médica Británica.
"Pero principalmente se perjudican dos regiones: el hígado y el sistema nervioso", agregó la especialista.
El alcohol lastima progresivamente el hígado causando cirrosis, insuficiencia hepática, cáncer de hígado y muerte.
El sistema nervioso, por su parte, se daña en muchos niveles. Por ejemplo, en el cerebro el alcohol llega a causar discapacidades intelectuales, mientras que incrementa el riesgo de ansiedad, depresión, confusión y demencia.
También el alcoholismo inflama el páncreas, provoca sangrado y úlceras estomacales, hipertensión y derrame cerebral.
El beber con moderación baja el peligro de enfermedades coronarias, aunque todavía no se ha logrado entender cuáles son los mecanismos de protección, pero se cree que el alcohol ayuda a aumentar el nivel del llamado colesterol bueno (o lipoproteínas de alta densidad), que evita la acumulación de partículas de grasa en las arterias y el riesgo de coágulos.
Varias investigaciones dieron cuenta de que el vino tinto posee flavonoides: compuestos que actúan como antioxidantes y contribuyen a reducir el riesgo de aterosclerosis (estrechamiento de las arterias) y a mantener la flexibilidad de los vasos sanguíneos.
No obstante, siempre la clave para lograr la protección es la moderación y conocer cuánto alcohol podemos beber sin perjudicar la salud.
De acuerdo a Don Shenker, presidente de la organización británica Alcohol Concern, "cuando nos preguntan cuánto bebemos casi nunca damos una respuesta precisa. Porque nos cuesta trabajo enfrentar la realidad de cuánto alcohol consumimos. E incluso cuando queremos ser honestos no siempre se puede porque muy pocas personas saben cuántas unidades de alcohol bebe" remarcó.
"El 90% de la población ha escuchado el concepto de las unidades de alcohol, pero las estadísticas muestran que sólo 13% de la gente calcula lo que bebe, así que en esto todavía somos muy analfabetos", explicó el experto a la BBC.
La organización de Shenker recomienda que los hombres no beban más de tres o cuatro unidades al día (el equivalente a dos vasos regulares de vino o dos botellas de cerveza clara).
En cuanto a las mujeres, deben limitar el consumo a entre dos y tres unidades diarias (un vaso regular de vino o una botella de cerveza clara).
"No hace ninguna diferencia si se bebe todos los días o una vez a la semana. Excederse de los límites aconsejados conlleva riesgos para la salud", añadió el especialista. "Tampoco 'guardar' las unidades durante la semana para bebérselas todas el viernes en la noche no es una forma adecuada de interpretar estas recomendaciones", completó.
Todas las bebidas alcohólicas engordan. Un vaso de vino reúne las mismas calorías que una rebanada de pastel de chocolate.
El alcohol es una fuente de calorías vacías, las cuales proveen energía pero no tienen ningún valor nutricional.
Asimismo, el alcohol alcanza a debilitar la fuerza de voluntad, tentando a comer más de lo planeado.
Tal como indicó Heather Caswell, de la Fundación Británica de Nutrición, "la mayoría de nosotros evitaríamos consumir un vaso lleno de crema, pero muchos no dudaríamos en beber un par de botellas de cerveza". "El contenido similar de estos dos productos es similar y a largo plazo el exceso en el consumo de alcohol llevará a un aumento de peso", afirmó.
Una botella de 280 mililitros de cerveza clara tiene unas 110 calorías (las mismas que una rosca dulce); un vaso regular de vino blanco seco o vino tinto presenta 115 calorías (equivalente a una rebanada de pastel de chocolate) y un vaso de vino blanco dulce contiene 165 calorías.
Quien vigila su figura debe disminuir el consumo de alcohol; exceder los límites aconsejados no sólo ejerce un efecto perjudicial en la salud sino que también aumenta la cirunferencia de la cintura.
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