Expertos londinenses defienden la necesidad de consumir medicamentos como el tamoxifen, antes de presentarse los síntomas de un cáncer de mama en mujeres proclives a la enfermedad, haciendo hincapié que debe realizarse una prevención masiva en este sentido, dado que se ha demostrado que disminuye en un 40% el riesgo de contraer un tumor mamario si se ingiere cinco años seguidos.
Esta terapia hormonal bloquea la acción de los estrógenos que provocan el crecimiento de las células tumorales.
No obstante, hay que controlar los posibles efectos secundarios que abarcan la formación de coágulos sanguíneos y un aumento del peligro de sufrir cáncer de útero.
El tamoxifen está legalizado en Europa como tratamiento para el cáncer de mama y su fabricante original inició los trámites para ampliar su licencia como medicación preventiva.
Se trabaja con optimismo en pruebas con una nueva familia de medicamentos inhibidores de la aromatasa, una enzima que favorece la formación de estrógenos, que podrían bajar el riesgo del cáncer mamario en un 70%.
La nueva farmacología "es en general mejor tolerada sin causar coágulos sanguíneos ni cáncer uterino, si bien puede generar problemas óseos”, informó el responsable de investigación oncológica de la Universidad de Londres, Jack Cuzick, en la revista The Lancet Oncology.
"La idea de prevenir el cáncer con fármacos suena extraña, pero si alguien acudiera a una clínica con el colesterol alto y le pidiéramos que volviera al cabo de un año para hacerle un chequeo, y/o recetar estatinas para no padecer enfermedad cardíaca, no se vería como un mal procedimiento. Eso es lo que estamos haciendo con el cáncer", afirmó Cuzick,