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La natación terapéutica se prescribe para la rehabilitación luego de lesiones, para personas de la tercera edad y gente con obesidad y sobrepeso.

No perjudica las articulaciones y facilita el movimiento, baja el peso del cuerpo – a raíz de la flotación y una mejor circulación -, de ahí que se recomienda a adultos mayores y pacientes obesos.

"En kinesiología usamos el agua con fines curativos para favorecer algunos movimientos y resistir otros. El gran beneficio sobre la rehabilitación convencional se basa en el Principio de Arquímedes, el cual postula que todo cuerpo sumergido experimenta un empuje hacia arriba de igual volumen al líquido desplazado", explicó el Lic. Rubén Castaño, jefe del Servicio de Kinesiología del Hospital Universitario Austral de la Argentina.

"La rehabilitación acuática generalmente está indicada en pacientes de 6 a 18 años con alteraciones posturales; en los adultos, para enfermedades y patologías como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), trastornos circulatorios, diabetes, obesidad e hipertensión arterial ; y a cualquier edad, para recuperarse de lesiones osteoarticulares causadas por traumatismos, patologías quirúrgicas o reumáticas", aclaró el Dr. Castaño.

Asimismo, se aconseja a pacientes con enfermedades neurológicas que provocan aumento del tono muscular (epasticidad) o disminución (hipotonía), y personas con pérdida del equilibrio.

En el caso específico de mayores u obesos, "el agua brinda más estabilidad y mejora la autoestima de los pacientes con riesgo de caídas, ya que permite la reeducación de movimientos, reacciones de enderezamiento y fortalecimiento muscular", explicó el Lic. Leandro Rosconi, kinesiólogo del HUA.

En pacientes obesos, "uno de los problemas más importantes es la hipertensión arterial, por lo cual se estimulan ejercicios aeróbicos de baja intensidad, en los cuales las pulsaciones no superen los 120 por minuto", dijo, y añadió que este tipo de práctica tiende a disminuir la tensión arterial de reposo y durante el ejercicio.

Los profesionales del Servicio de Kinesiología señalaron que hay que tener en cuenta y prever dos tipos de factores antes de llevar a cabo esta actividad:

- Edilicios: instalaciones, temperatura del agua, limpieza, temperatura ambiente, pisos antideslizantes, rampas y elementos de descenso para personas con trastornos motrices.

- Personales: heridas abiertas, infecciones cutáneas, pulsaciones, tensión arterial, miedo al agua, control de esfínteres.

Por último, los especialistas remarcaron que es importante el trabajo conjunto de médicos, kinesiólogos y profesores de educación física capacitados en la especialidad.