Un reciente estudio dio por concluido el mito de que los adolescentes superdotados son antisociales y viven encerrados en su mundo. Ahora se ha demostrado que ellos poseen más inteligencia emocional que los chicos sin alto cociente intelectual.
No son introvertidos pese a que la sociedad los condiciona como tales
Un comunicado de la Universidad Haifa de Israel cambió la imagen de los superdotados como personas introvertidas, argumentando que “quizás se trata de un estereotipo que se retroalimenta y que incluso puede condicionar la auto-percepción de quienes cuentan con una capacidad intelectual extremadamente elevada”.
Los superdotados se creen con menos inteligencia emocional
Los investigadores destacaron que a pesar de que "los adolescentes superdotados lograron resultados más altos, en comparación con los chicos normales, en el examen que medía la inteligencia emocional, por algún motivo ellos mismos acabaron clasificándose en el cuestionario de auto-categorización “como individuos con menor inteligencia emocional” que los jóvenes sin dotes superiores”.
El estudio cree que los superdotados adaptaron su comportamiento a los estereotipos que imperan sobre su personalidad. Este concepto fue expuesto .por. el director de la evaluación, Mosher Zeidner, en la Cuarta Conferencia sobre Educación de Superdotados de Israel.
Interiorizan estereotipos y exacerban el estigma
"Es posible que los adolescentes superdotados interioricen el estereotipo según el cual son introvertidos y antisociales, lo que por supuesto alcanza para exacerbar el alejamiento de la sociedad y reforzar el estigma", señaló el profesional.
La investigación se realizó con 83 estudiantes del Instituto de Superdotados y otros 125 con inteligencia cognitiva normal.
Todos respondieron a dos tests: uno que medía el grado de inteligencia emocional - a partir de las respuestas a una serie de situaciones- y otro de auto-definición.
Trabajadores con mayor inteligencia emocional
Ya en 2010 la Universidad confirmó que los trabajadores con mayor inteligencia emocional se dedican mucho más al trabajo, a la vez que obtienen una amplia satisfacción laboral al cumplir favorablemente las tareas que se les encomienda, en comparación con el resto de sus compañeros.
Qué es la inteligencia emocional
Es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos y la habilidad para manejarlos. El término fue popularizado por Daniel Goleman, con su célebre libro: Emotional Intelligence, publicado en 1995.
Según el autor esta inteligencia se organiza en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, conducirlos, reconocerlos, crear la propia motivación y gestionar las relaciones.
Las habilidades las divide en dos áreas:
Inteligencia Intra-personal: Capacidad de formar un modelo realista y preciso de uno mismo, teniendo acceso a los propios sentimientos, y aplicarlos como guías en la conducta.
Inteligencia Inter-personal: Capacidad de comprender a los demás; qué los motiva, cómo operan, cómo relacionarse adecuadamente. Capacidad de reconocer y reaccionar ante el humor, el temperamento y las emociones de los otros.
Las conexiones entre la amígdala (y las estructuras límbicas) y el neocórtex son el centro de gestión entre los pensamientos y los sentimientos. Esta vía nerviosa explicaría el motivo por el cual la emoción es fundamental para pensar eficazmente, tomar decisiones apropiadas y pensar con claridad.
Goleman añade en su libro que la Inteligencia Académica tiene poco que ver con la vida emocional, ya que hay gente muy inteligente que puede hundirse en riesgos de pasiones desenfrenadas o impulsos incontrolables, disminuyendo su posibilidad de pensar y mostrar empatía, con consecuencias desagradables para su vida.
El concepto de "Inteligencia Emocional" enfatiza el papel preponderante que ejercen las emociones dentro del funcionamiento psicológico de una persona cuando ésta se ve enfrentada a momentos difíciles y hechos importantes: los peligros, las pérdidas dolorosas, la persistencia hacia una meta a pesar de los fracasos, el enfrentar riesgos, los conflictos con un compañero en el trabajo.
En todas estas situaciones hay un compromiso emocional que puede llevar a un acto que culmine de modo exitoso, o bien interfiera negativamente en el desempeño final.
Cada emoción ofrece una disposición definida a la acción, de manera que el repertorio emocional del individuo y su forma de operar influyen decisivamente en el éxito o fracaso que obtenga en las tareas que desarrolle.
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