El trastorno por déficit de atención por hiperactividad que afecta a millones de niños en el mundo, no sólo es preocupación de la medicina y del personal docente, sino que también los padres en muchas ocasiones se muestran intranquilos al creer que no disponen de las herramientas necesarias para ayudar a sus hijos en esta condición.
Para los chicos hiperactivos suelen contribuir las siguientes actitudes en el hogar:
1. Poner en práctica límites, reglas claras y consecuentes para toda la familia
Si es preciso, las normas deben estar expuestas en un lugar visible de la casa. Nunca hay que incurrir en la flexibilidad, dado que los niños con este trastorno necesitan indicaciones y entenderlas claramente.
Las normas deben ser comunicadas al hijo hiperactivo, explicándoselas con expresiones que las visualicen –lo que significa un hablar directo y amplio con el niño-, pidiéndole que repita cuanto se le ha transmitido para asegurarse que la interacción fue correcta.
Se puede ofrecerle opciones, aunque hay que decirle- sin eufemismos- que hay consecuencias inmediatas y previsibles, si incurre en comportamientos que atentan contra los miembros familiares, tales como desafiar a un pariente, golpearlo o escupirlo.
2. Establecer rutinas
Tienen que ser regulares, específicas y consistentes, por ejemplo al fijar –sin posibles cambios- la hora de acostarse diariamente.
3. Uso del tiempo libre
Los progenitores necesitan dedicar un tiempo libre para compartir con sus hijos hiperactivos un paseo por un parque, leer un libro juntos, o simplemente reír y pasar el tiempo con ellos. Estas modalidades son especialmente útiles para estrechar la vinculación, facilitándoles a los chicos un modo natural y con libertad para compartir. Todo ello sin transgredir las reglas normales de la casa.
4. Los niños hiperactivos están llenos de energía
El exceso de energía conduce a la dificultad de concentración; los menores con este trastorno se caracterizan por ser distraídos.
El ejercicio físico es muy beneficioso para canalizar energías y mejorar el estado de ánimo, siempre que no caiga el niño en el agotamiento.
En razón de la energía cinética del niño hiperactivo, el castigo no debe ser la restricción indicada, ya que tiende a agravarse el problema; en cambio, brindarle un apoyo positivo, en lugar del refuerzo negativo, si bien toma su tiempo, es muy probable que resulte ás efectivo a largo plazo.
6. La mejor disciplina es tener a un niño haciendo algo bueno.
Los hijos responden a la alabanza y son más propensos a buscar la atención haciendo algo bueno.
Los hiperactivos, con frecuencia, reciben la atención de sus padres que les gritan, los pegan o castigan, irritados por sus actitudes. Los padres deben entrenarlos en un deseo de caricias.
7. Evitar el exceso de estimulación
Los expertos aconsejan que el acceso a la televisión debe ser mínimo y nunca en la noche. Los sonidos fuertes o el estado de semi-trance de la TV son altamente negativos. Hay que elegir uno o dos programas al día y sostener esta rutina.
Fuente: Inmaculada Moreno García, autora libro "Hiperactividad". Editorial Pirámide. España
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