Si bien hay personas más prederminadas a sufrir un melanoma u otro tipo de cáncer de piel -como los carcinomas vasocelulares y epidermoides- , los dermatólogos insisten en que una exposición intensa e intermitente al sol, no utilizar cremas y padecer quemaduras,incrementan notablemente el número de melanomas, en especial en los adolescentes y jóvenes.
“Porque no ayudan en absoluto –explicó el dermatólogo vasco de Txagorritxu Marc Juliá-las quemaduras solares que ocurren durante la infancia y la adolescencia, dado que la piel posee una memoria prodigiosa y pocos años más tarde salen los carcinomas por los excesos juveniles.”
Las más graves son las quemaduras acompañadas con ampollas antes de la mayoría de edad, a tal punto que si se experimentan tres quemaduras con estas características las probabilidades de cáncer se multiplican por diez.
Otro de los factores causantes de cáncer es la reducción de la capa de ozono, así como la utilización masiva de las cabinas de rayos UVA, evaluadas por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) como «cancerígenas para los humanos», concediéndoles el mayor nivel de riesgo.
La radiación UV es un gran peligro dado que desarrolla la mutación genética que provoca el melanoma, responsable del 75% de las muertes que se producen al año como consecuencia del cáncer de piel.
Todas las radiaciones de UV son «igual» de peligrosas y la posibilidad de padecer este tumor maligno crece sobre todo a partir de los 30 años. Ambos sexos se han visto perjudicados.
En ese sentido, Juliá aseveró: “A la gente más proclive a melanomas les recomendamos que ni se acerquen a esas cabinas.”