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Comer un kiwi cada mañana es una manera práctica de asegurar la ración diaria de vitamina C. Favorece a quienes sufren diabetes, hipertensión arterial, afecciones de los vasos sanguíneos y complicaciones cardíacas.

Su mayor componente es el agua y es una fruta de moderado aporte calórico por su cantidad de hidratos de carbono.

Contiene el doble de vitamina C que una naranja, además de vitamina B y ácido fólico, por lo que resulta un nutriente que refuerza el sistema inmunológico.

Es rico en minerales, como calcio, fósforo, magnesio, hierro y potasio.

Posee una enzima (actinidina) que colabora en el proceso digestivo y combate el estreñimiento.

Se recomienda para todas las edades.

Al disponer el 82,7% de vitamina C que se debe consumir diariamente, se constituye en un poderoso antioxidante: previene alergias y el cáncer, reduce el riesgo de hipertensión y se aconseja a fumadores y bebedores, dado que el humo del tabaco destruye la vitamina C y el alcohol es oxidante.

Repara ligamentos o huesos en caso de rotura.

Colabora en la producción de estrógenos.

Aumenta el nivel de defensas del cuerpo.

Ayuda a evitar el nerviosismo, disminuyendo el estrés.

Previene las cataratas y la ceguera nocturna.

Promueve la formación de colágeno, huesos y dientes y glóbulos rojos.

Permite la absorción del hierro de los alimentos, mientras que es resistente a las infecciones.

Restaura la flora intestinal.

Impide la absorción de colesterol.

Un kiwi reúne aproximadamente 40 calorías. Unido a su elevado índice de potasio y bajo contenido de sodio, es conveniente para las dietas de adelgazamiento y todas aquellas que requieran la pérdida de agua.

Es una fruta muy diurética, una razón por la cual no debería faltar en la dieta de personas obesas. Su consumo incrementa la producción de orina; ayuda, entonces, a superar la obesidad y aquellas situaciones que producen retención de líquido como el embarazo, la menopausia, las insuficiencias cardíaca y hepática.

Asimismo, el kiwi es muy adecuado para una buena digestión, disgrega las proteínas y evita, a su vez, la gastritis y la formación de gases.

Esta fruta nació en China y tiene 700 años.

Fuente: Federación Argentina de Entidades Solidarias de Salud