La ingesta de frutas, verduras, hortalizas, frutos secos, productos lácteos y granos integrales, haciendo hincapié en su consumo, contribuye a prevenir los cálculos renales. De este modo, una dieta sana es un nuevo motivo para llevarla a cabo.
Un grupo de investigadores comprobó, asimismo, a través de un estudio, que la limitación de la sal, carnes rojas y procesadas y las bebidas endulzadas, es eficaz para evitar el surgimiento de cálculos renales.
La información se suministró en la revista especializada Journal of the American Society Nephrology, editada por la American Society of Nefrology, escrita por Eric Taylor y sus colegas del Women´s Hospital de Brigham.
La presencia de cálculos renales incide en altas tasas de hipertensión, de diabetes, y un aumento de peso, entre otros factores de peligro de contraer enfermedades cardíacas.
La investigación se atuvo a determinar las consecuencias de los hábitos alimentarios en la constitución de cálculos renales.
Para ello, los expertos tomaron en cuenta una suma de evaluaciones clínicas previas y analizaron las dietas: alto consumo de frutas, verduras, nueces y legumbres, alimentos lácteos bajos en grasa y granos integrales, baja de ingesta de bebidas endulzadas, sal y carnes rojas y procesadas.
Hallaron que quienes realizaban dietas más saludables reunían entre un 40 y un 45 % menos de posibilidades de generar cálculos renales y sus consecuentes molestias.
Estas disminuciones se produjeron independientemente de la edad, del tamaño del cuerpo y de la toma de líquidos.
Los especialistas dieron cuenta de que la medicación ocasiona efectos secundarios desagradables, remarcando que una alternativa eficaz consiste en adoptar una dieta sana, que controla los riesgos.