TANTRISMO: VIDA SEXUAL PLENA SIN EXCESOS Y “SAGRADA”
El tantra es un camino hacia la sexualidad “sagrada”, no hacia la lujuria, sino para escapar de “una permisividad y sexualidad sin sentido”, según argumenta Osho, uno los místicos más provocadores del siglo actual.
Daño de sueños lujuriosos
Osho considera que la gente se jacta de disfrutar una sexualidad liberada, cuando la realidad indica que ésta se alimenta de sueños lujuriosos finalmente dañinos.
Represión e incomprensión
Adjudica la culpa de la ensoñación a la represión de moralistas que la han constreñido tanto como la religión.
Agrega que la culpa represora hace que el sexo “raye con la grosería” y caiga en una profunda incomprensión.
Una realidad biológica, existencial, fundamental
Osho dice que la sexualidad es fundamental en la vida de toda la gente: responde a una realidad biológica y más aún “existencial”.
El área genital justamente es una realidad biológica y existencial, allí se concentra una energía extraordinaria aunada al placer.
Gracias a la comprensión la energía se libera sin necesidad de incurrir en desproporciones y la gente alcanza el placer con libertad y lo trasciende.
Por el contrario, la energía jamás se libera por la represión ni por el exceso si no subsiste la comprensión.
La comprensión es la única vía para la transformación personal
Una vez lograda la comprensión, la transformación en cada persona viene por sí misma.
Es así que el místico refuerza la idea de que el tantrismo es la manera para que cuanto existe sea comprendido por el ser humano.
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Nunca los excesos
Osho nunca se refiere al exceso sexual como satisfactorio, dado que “el tantra no es una ruta de excesos” pero sí la exclusiva hacia la libertad.
El exceso como la abstinencia sexual son actitudes suicidas. Son dos extremos perjudiciales.
Término medio
El verdadero rumbo hacia una sexualidad sagrada es el término medio. «Quédate en el centro: ni represión, ni excesos. Quédate en el medio, vigilante, alerta y consciente», aconseja Osho para suscribirse a la paz y armonía interior.
Ego alejado de la vida sexual
Osho apunta a barrer con todos los conflictos principales de la sexualidad que interfieren en el ego. Recuerda que: «La sexualidad es un acto animal. Poco importa lo que hagas o crees en torno a ella, nada hará que deje de ser fundamentalmente "salvaje"».
Afirma que muchos seres humanos son los que no aprecian la sexualidad porque su ego no se lo permite.
· Miedo, gente que finge hacer el amor
Al aventurarse en las profundidades de la sexualidad, pierden el ego, y cuando se aproximan al desprendimiento completo de él, se ven ganados por el miedo que los conduce a perder el control.
Por eso, hay personas que fingen hacer el amor y se mantienen en la superficie. Se contentan con una puesta en escena no fidedigna, porque “si realmente hicieran el amor, acabarían con su ego.
La puerta de acceso a lo salvaje requiere que abandonen el ego y el control.
Cambio energético, función de la conciencia
La sexualidad sagrada pasa por la consciencia.
Cuando se hace el amor corresponde mantenerse alerta y no preocuparse, sino dejarse llevar y no perder ninguna sensación propia o ajena.
Todo hay que someterlo a la observación y olvidarse de cuanto pasa por el cuerpo, el ánimo y la energía interior.
No intervenir, hacer el amor en estado de alerta
Lo importante es crear un nuevo circuito: hacer el amor en estado de alerta, sin preocuparse por lo que pueda suceder, dejarse llevar y no extraviar las sensaciones propias ni las ajenas.
La clave es no intervenir y observar. Olvidarse del cuerpo, del ánimo y de la energía interior, consigue la configuración del novedoso circuito: la electricidad corporal se desenvuelve circularmente.
Nuevo circuito
El desplazamiento circular del cuerpo crea un círculo interior capaz de ser percibido. Si se permanece vigilante a esta circunstancia, el sujeto experimenta que es un vehículo de una energía vital que se desenvuelve en él.
El corazón se abre
Es posible, constatar los cambios energéticos y tener menos pensamientos mientras el corazón se abre.
Así la unión sexual hace que dos personas se sientan una sola y en este momento la energía se transforma en meditación.
La sexualidad sagrada: dos elementos
La sexualidad “sagrada” se compone de dos elementos: capacidad de abandonarse al placer y dar sitio al animal salvaje.
Pero hay que ir más lejos: observar y permanecer consciente; de esta manera la energía evoluciona y se entra en el campo de lo sagrado.
Lo único que se requiere
El sexo, como la vida, es un misterio que debe develarse. Lo único que se precisa es una calidad de presencia para reconocer la energía vital que vitaliza; vale la experiencia propia sin recetas.
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Fuente: Tantra para parejas, Osho