A partir de marzo del año próximo se prohibirá la venta de refrescos y bebidas azucaradas en envases de gran tamaño en restaurantes, cines, cadenas de comida rápida y puestos de venta callejera, así como bodegas y tiendas de ultramarinos, salas de cine y estadios deportivos, aunque no incluye a los supermercados, en el ámbito de Nueva York.
· Medida aprobada por amplia mayoría
Constituye esta medida la primera en fijarse en Estados Unidos como una acción más para combatir la epidemia de la obesidad.
La propuesta del alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, fue aprobada por la Junta de Salud neoyorkina por amplia mayoría.
No a envases superiores a 464 mililitros o 16 onzas
El plan vino desvelando a Bloomberg desde hace cuatro meses y los responsables de sanidad de Nueva York aceptaron la restricción, que implica específicamente que no se comercialicen los refrescos en envases superiores a los 464 mililitros o 16 onzas en la Gran Manzana.
32.000 cartas de ciudadanos apoyaron el proyecto
Además, la alcaldía recibió 32.000 cartas de ciudadanos apoyando el proyecto, informó uno de los votantes de la junta sanitaria Sandro Galea.
Los comentarios en contra fueron 6.000.
Totalidad de bebidas prohibidas
La prohibición se extiende a las bebidas energéticas, las gaseosas y el té frío azucarado, pero no a aquellas que reúnen menos de 25 calorías, como lo son las aguas vitaminadas y el té sin azúcar.
· Salvará vidas
Esta novedosa decisión es el mayor paso que cualquier gobierno del mundo haya tomado jamás para luchar contra la obesidad, destacó Gadea, quien remarcó que ayudará a salvar vidas.
Segunda causa principal de mortalidad
Por su parte, Bloomberg, en la promulgación fue contundente al asegurar que la obesidad es la segunda principal causa de mortalidad con una importante posibilidad de prevención; hoy fallecen 5.000 neoyorkinos anualmente por ella y por el sobrepeso.
El segundo lugar lo ocupa el tabaquismo.
Fuerte polémica publicada en The New York Times
Sin embargo, el New York Times dio cuenta de una fuerte oposición del 60% de los habitantes de la ciudad y para reafirmar su posición publicó los resultados de una encuesta, en la que solo el 36% de los ciudadanos evaluó que “era una buena idea”.
También el diario se hizo eco de una repercusión negativa en fabricantes de refrescos de Estados Unidos, que conformaron una coalición con más de 256.000 firmas recaudadas que plantearon su rechazo.