El actual gobierno nacional no cumple con las tareas de saneamiento y admite que es una deuda pendiente
El Riachuelo a lo largo de 64 kilómetros recorre los suburbios de Buenos Aires y no es apto para la navegación por sus altos niveles de contaminación. Pone en peligro la salud de 6 millones de vecinos que residen en 632 barrios aledaños, de los cuales 94 -ubicados a pocos metros del río- conforman el grupo poblacional más vulnerable y expuesto a adquirir diversas enfermedades. Además, únicamente el 22% de las viviendas poseen los servicios básicos.
Si bien la resolución de la Corte Suprema de la Nación -que data de 2008- exigió su saneamiento, el gobierno de Macri empeoró el estado ambiental, luego de que las autoridades anteriores iniciaran las tareas correspondientes. Hoy las embarcaciones de limpieza solo retiran alrededor de 300 toneladas de residuos urbanos al mes. La suciedad acumulada se puede observar a simple vista. “Es la gran deuda pendiente que nosotros tenemos”, admitió Lucas Peverelli, actual Coordinador de Proyectos de Residuos Sólidos.
Asimismo, las conexiones cloacales precarias -sin intervención estatal para su instalación adecuada- son la mayor fuente de contaminación. Sin embargo, Peverelli no puede indicar que se subsanarán los albañales ni el plazo para el saneamiento definitivo del río.
En la cuenca se han encontrado bacterias como Escherichia Coli, Klebsiella Pneumoniae, EnterobacterCloacae, Pseudomona Eeruginosa y Enterococus Fecales, así como otras bacterias resistentes a los antibióticos. Todas ellas son motivo de infecciones urinarias, neumonías, meningitis, endocarditis, diarreas, vómitos, entre otras afecciones.
“La verdad es que yo no me quiero ir de acá, pero mejorar el lugar lo pueden mejorar”, declaró la vecina Noelia al canal de noticias RT en español que llega a Europa y Latinoamérica, reconociendo que no ve “que se muevan para hacerlo”. Su hija contrajo un rotavirus y acaban de hallarle plomo en sangre. Ambas residen en una humilde casilla junto a la hermana de Noelia, también con problemas de salud y quien por indicación médica es altamente contraproducente que permanezca a orillas del Riachuelo.
Las fábricas que se fueron instalando desde mediados del siglo XX siguen vertiendo sus desechos a este río sin control. El presidente Mauricio Macri, ya cuando fue gobernador de la ciudad de Buenos Aires, al igual que el actual Horacio Larreta, apenas introdujeron pequeñas modificaciones en la manera de tirar los residuos, cuando el gobierno nacional anterior en 2008 ordenó el cumplimiento de la resolución del órgano interjurisdiccional más importante de la República Argentina.
Pero desde 2016, con Macri como Primer Mandatario, las industrias no tienen restricción ninguna para arrojar al río sus desperdicios contaminantes. El presidente de la Nación hace caso omiso al fallo de la Corte y sepultó en el olvido la protección de la salud de seis millones de personas.