ESTAR MUY ENAMORADO Y LA POSIBLE INFIDELIDAD
El amor no garantiza la fidelidad. La media naranja no existe.
A toda la gente le falta al menos un gajo de esta fruta, no es real que el amor todo lo puede y que sea factible vivirlo incondicionalmente.
Así lo afirma Gabriel Rolón, psicoanalista argentino, autor entre otros libros de “Encuentros (El lado B del amor), editado recientemente.
Enamoramiento y dolor
Afirma el profesional: “enamorarse es asumir que voy a tener cierto dolor”.
Entonces, desarticula las ideas imperantes sobre este magno sentimiento.
· El lado A
Asocia su concepto con los viejos long play que se escuchaban de ambos lados.
La costumbre era escuchar mucho más el lado A, donde se incluían los temas más conocidos, mientras que nadie sabía qué había en la faz B.
En el amor sucede lo mismo: hay muy buena prensa en torno al lado A.
El hecho de estar enamorados lleva a que todos los individuos en ese estado coincidan en sostener que es maravilloso, “lo mejor que nos puede suceder” porque nos hace sentir “completos”. Sin embargo, el diván dice algo distinto.
El discurso “oficial”no es válido; la ilusión
El amor entraña muchísima complejidad.
Por lo pronto, jamás se ha visto a ninguna persona completa por haberse enamorado, salvo en las primeras semanas cuando el amor es pura ilusión.
El lado B: no hay garantía de fidelidad
Indica Rolon que es una falacia que el amor lo alcance todo, que sea extraordinario y certifique la fidelidad.
El amor también entraña sufrimiento, aún patológico o trágico.
El enamorado se expone al riesgo emocional
Quien se enamora se halla muy vulnerable y expuesto a un elevado riesgo emocional porque pone su corazón en manos de otro, que es capaz de olvidarlo.
Se crea, consecuentemente, una dependencia que implica inestabilidad.
El autocuidado y la imposibilidad de disfrutar
Menciona Rolón al tango Uno de Enrique Santos Discépolo que habla de “querer sin presentir”.
El adulto es incapaz de carecer de presentimientos.
Ya ha escuchado que le han prometido amor para toda la vida y fue defraudado, o bien formuló la propuesta de un amor eterno que no consiguió sostener con el paso del tiempo, y ni siquiera recuerda el nombre al que se lo juramentó.
· Preservarse
Por eso, los sujetos tienden a preservarse ante cualquiera que señala que lo ama, porque su bagaje de experiencia le afirma que no funcionó: “tantas veces nos han dicho “te voy a amar para toda la vida” y la misma frase se la repitieron después a otros y, además, juró un amor eterno que no fue.
Esta actitud preserva, pero “reserva del disfrute” del momento del amor.
Suspender la incredulidad
Colerdige, al referirse al arte, manifestaba que para disfrutarlo había que suspender por un rato la incredulidad.
Esta idea, Rolón la trasvasa al amor; cree que éste debe atajar la incredulidad.
Ejemplifica la situación cuando una obra de teatro llega a su fin: en un algún momento es preciso reconocer que “pedí lo que quieras' o 'daría la vida por vos' son metáforas.
Se arriba a un punto en que nadie puede solicitarle al otro que lo quiera porque no dispone de mucho para dar.
Cuesta eludir el dolor: sin condiciones se admite maltrato
Enamorarse es asumir que habrá cierto dolor hasta en los vínculos más sanos. Y si el potencial del dolor se intensifica, “más vale bajarse de esa historia”.
"Una relación sin condiciones admite cualquier clase de maltrato".
Poner condiciones
Uno de los mitos del lado A es que se ama sin condicionamientos. Nada peor le ocurre en quien desconoce cómo poner condiciones. Toda relación sana las reúne.
· Maltrato
Cuando no hay condiciones todo es muy turbio y complejo, en el amor mucho más y hasta se generan relaciones trágicas.
Una relación de esta modalidad admite cualquier clase de maltrato. Amar a alguien aunque haga cualquier cosa, aunque pegue y humille, no es sano por más enamorado que uno esté.
El amor es consensuar
Erich From en su libro El Arte de Amar” compara al amor con una actividad artística, en la medida en que requiere esfuerzo, procurar lo mejor y efectuar las correcciones necesarias.
Importa acordar hasta dónde cada uno da, qué cede y asimismo tolerar las diferencias sin recriminaciones continuas.
"El amor no detiene el deseo y, por ende, no asegura la fidelidad"
Decisión personal
La fidelidad es una decisión personal que, a veces, se consigue con mucho esfuerzo porque alguien no se encuentra por fuera de las tentaciones de la vida.
El psicoanalista argumenta que esto es bueno y cita a Borges: “un hombre sin tentaciones no tiene posibilidad de llegar a santo.”
Porque no hay ningún mérito de resistir cuando uno no gusta nadie; lo que vale la pena es ejercer una elección.
¿Qué pasa cuando ya aconteció el enamoramiento inicial?
Es imprescindible una etapa de desilusión, que el otro comience a mostrar “sus grietas” porque da la oportunidad de aceptarlas.
La desilusión impone la admisión de las diferencias y defectos.
El trabajo siguiente es ayudar al compañero/a a modificar algunas cosas que no nos gustan, y cambiar algo para adaptarse a alguien que nunca será perfecto.
La desilusión es el camino inevitable para construir un amor duradero.
Inseguridad y celos
Todos preferimos que la pareja sea perfecta (un imposible) para ganar en tranquilidad; que el otro prometa apunte que no se irá jamás de nuestro lado, que borre la angustia de los celos y una sensación de inseguridad.
Pero este modo de proceder es no haber aprendido a salir del enamoramiento del primer periodo de acercamiento; se sigue idealizando al otro.
La vida se vuelve un tormento. No se soportan “las grietas” ni ve la pareja cómo modificarlas en conjunto, que es la única forma de construir el amor.
El tiempo del chat
Por otra parte, embarcarse en relaciones pasajeras no ofrece profundidad. La gente se ve, se cruza, se besa, chatea.
Las redes sociales suscitan, en general, una falsa ilusión de conocimiento y ausencia de compromiso hasta que se demuestre lo contrario.
Erotismo en los medios
La alta exhibición de cuerpos en los medios juega en contra si en la pareja no predominan otros detalles: un gesto, una sonrisa a tiempo, una mirada en particular y la mutua seducción.
El amor para toda la vida
Lo ideal es sentir que durará, no imponerlo a cualquier costo.
Un error actual proviene de que hoy la mujer gana económicamente, y puede pedir otro respeto, sin que ninguno caiga en obnubilarse o tornarse despechados; si es así triunfa el desamor; lo fundamental es quedarse con la pareja porque se la desea y no porque se la necesita.