RETINOPATIA DIABÉTICA: DAÑO EN LA RETINA DEL OJO POR DIABETES PROLONGADA, NECESIDAD DE CONTROL ANUAL
Causas
Es originada por el daño a los vasos sanguíneos de la retina, que es la capa de tejido ubicada en la parte de atrás del interior del ojo.
Ésta transforma la luz y las imágenes que entran al ojo en señales nerviosas que son enviadas al cerebro.
Existen dos tipos o etapas de la retinopatía: no proliferativa o proliferativa.
No proliferativa
Se desarrolla primero. Los vasos sanguíneos en el ojo se vuelven más grandes en ciertos puntos (llamados microaneurismas) y pueden bloquearse.
Es posible que ocurran pequeñas cantidades de sangrado (hemorragias retinianas) y que se escape
líquido hacia la retina, lo cual hace factible problemas notorios en la vista.
Proliferativa
Es la forma más severa y avanzada de la enfermedad. Empiezan a crecer nuevos vasos sanguíneos dentro del ojo, los cuales son frágiles y pueden sangrar (hemorragia).
Cabe la probabilidad de pequeñas cicatrices, tanto en la retina como en otras partes del
ojo (humor vítreo). El resultado final es la pérdida de la visión al igual que otros problemas.
Otros problemas
Edema macular
La mácula es el área de la retina que suministra la visión aguda directamente en frente de la persona. Si se filtra líquido allí, la visión se torna borrosa.
Desprendimiento de retina
La cicatrización provoca que parte de la retina se salga del globo ocular.
Glaucoma
Se trata del aumento de la presión en el ojo; sin tratamiento, surge la ceguera.
Cataratas
Opacificación total o parcial del cristalino.
La retinopatía diabética es la razón principal de ceguera en edad productiva. Las personas diabéticas están en riesgo de padecer esta enfermedad y, el hecho de poseer diabetes severa durante un período de tiempo prolongado, incrementa esta enfermedad.
También es muy probable que la retinopatía se presente antes y con mayor gravedad si la diabetes ha sido mal controlada. Casi toda persona que ha adolecido de diabetes por más de 30 años muestra signos de retinopatía diabética.
Síntomas
Con mucha frecuencia, esta afección no suscita síntomas hasta que el daño a los ojos es serio.
Los síntomas factibles, abarcan:
visión borrosa y pérdida gradual de la visión con moscas volantes;
sombras o áreas de visión perdidas;
dificultad para ver en la noche.
La mayoría de los pacientes no reúne síntomas antes de que ocurra un sangrado mayor en el ojo. Éste es el motivo por el que todo diabético debe hacerse exámenes regulares de la visión.
Tratamiento
Lo siguiente es muy importante para prevenir la retinopatía diabética:
-control estricto del azúcar (glucosa) en la sangre, la presión arterial y colesterol;
-no fumar.
Las personas con retinopatía diabética no proliferativa pueden no requerir tratamiento. Sin embargo, debe hacérseles un seguimiento cuidadoso por parte de un oftalmólogo entrenado para tratar esta afección.
El tratamiento por lo regular no contrarresta el perjuicio que ya ha ocurrido, pero impide el empeoramiento de la enfermedad.
Una vez que el oftalmólogo nota que crecen nuevos vasos sanguíneos en la retina, o que el paciente genera edemamacular, por lo regular hay que someterlo a tratamiento.
Varios procedimientos o cirugías constituyen la terapia fundamental.
La cirugía del ojo con láser crea pequeñas quemaduras en la retina donde hay vasos sanguíneos anormales. Este proceso se denomina fotocoagulación y se usa para evitar que los vasos muestren filtración, o para eliminar vasos anormales y frágiles.
La fotocoagulación focal con láser se emplea para el edema macular.
Con la fotocoagulación panretiniana o dispersa con láser se trata un área grande de la retina. Es habitual que se necesiten dos o más sesiones.
Un procedimiento quirúrgico llamado vitrectomía se aplica cuando hay sangrado (hemorragia) en el ojo y, asimismo, para reparar el desprendimiento de retina.
Se están investigando fármacos que se opongan a la proliferación de vasos sanguíneos anormales, al igual que corticoesteroides inyectados en el globo ocular como nuevos tratamientos.
Pronóstico
Se mejora el pronóstico sosteniendo un buen control de la glucemia y de la presión arterial.
Ambos controles son efectivos para reducir la pérdida de la visión, pero no curan la retinopatía diabética ni soslayan los cambios que ya se han presentado.
Una vez que ocurre la retinopatía proliferativa, siempre hay un riesgo de sangrado, por lo cual hay que realizar un monitoreo continuo más tratamiento.
Posibles complicaciones
Ceguera
Glaucoma
Desprendimiento de retina
Cuándo contactar a un profesional médico
Se debe concurrir al oftalmólogo por lo menos una vez al año y sobre todo si empeoran o surgen nuevos síntomas, por ejemplo:
falta de visión en luz tenue;
puntos ciegos;
vista doble (se ven dos objetos, cuando hay uno solo);
vista nublada o borrosa y dificultad para enfocar;
dolor en uno de los ojos;
dolores de cabeza;
se ven manchas que flotan en los ojos;
es imposible observar objetos ubicados al lado del campo visual;
sombras que empañan la vista.
Prevención
El control estricto de la glucemia, la presión arterial y el colesterol es muy importante para prevenir la retinopatía diabética.No fumar. Hacer exámenes regulares. Si la persona comienza un programa de ejercicios, o si una mujer planea un embarazo, hay que examinar los ojos. Corresponde evitar ejercicios de resistencia o de alto impacto, que fatiguen los vasos sanguíneos ya debilitados.
Fuentes: Rosenblatt RJ, Benson WJ. Diabetic Retinopathy. In: Yanoff M, ed. Opthalmology. 2nd ed. St. Louis, MO: Mosby; 2004;877-887.
American Diabetes Association (ADA). Standards of Medical Care in Diabetes: 2009. Diabetes Care. 2009;32:S13-S61.