El resto muy pragmático se puso al servicio del macrismo
En lugar de convocar a sesiones extraordinarias en el Congreso, que recién retomará sus tareas el 1 de marzo, el Jefe de Estado convocó a los ex candidatos presidenciales de las últimas elecciones, interesado en “buscar coincidencias”. No obstante, su ministro Frigerio anticipó que en los primeros 80 días de gobierno el Primer Mandatario recurrirá a decretos de necesidad y urgencia.
A la aquiescencia no le escapa Sergio Massa, quien ya acomodó con María Eugenia Vidal a uno de sus hombres Jorge Sarghini como presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, ni Margarita Stolbitzer que admitió que es posible que su gente se integre al macrismo en organismos de control.
Sin embargo, siempre con la honestidad que lo caracteriza y fiel a los principios peronistas, Daniel Scioli cordialmente fue el más contundente a la hora de formular dentro de un ámbito de diálogo, sus ideas en defensa de trabajadores y jubilados. Dada la gran cantidad de votos que obtuvo, que casi le arrebata la presidencia a Cambiemos, Macri necesita acordar con el FPV más que con nadie, ya que desde el 10 de diciembre el Frente es mayoría en senadores y ganó un número muy importante de diputados. Precisa de su apoyo para una reforma fiscal federal, entre tantos otros proyectos que si apuntan al ajuste prometido no hallará eco peronista, así se lo aclaró Daniel.
Muchos más blandos se mostraron Massa y Stolbitzer y Rodriguez Saa, contentos como si les hubieran anticipado “el regalito” de Navidad y de Reyes.
Qué dijo Scioli. Defendió la quita de ganancias a trabajadores, tal cual lo hizo en campaña cuando fue el primero en proponer que se aplicara para quienes ganan menos de $30 mil (mientras Macri se había opuesto), el 82% móvil para los jubilados y la necesidad de consensuar una nueva ley de coparticipación federal.
Como representante del casi 49% de los votantes, sostuvo que hay que buscar puntos de encuentro como dice el Papa Francisco, “mi espíritu es constructivo y de colaboración”, aclarando que objetará baja de sueldos, paritarias con techo, devaluación y toda medida que atente contra la industria nacional. Reiteró sus conceptos de que hay que luchar contra el narcotráfico y la inseguridad, conservar la enseñanza pública gratuita, multiplicar escuelas y universidades, generar empleo, construir viviendas y seguir avanzando en ciencia y tecnología argentina, sin tocar los planes sociales.
Fue tentado por Macri para que sea embajador en Italia, una hábil maniobra para despedazar al peronismo que ojalá no sea exitosa, además de que causaría una gran decepción en quienes le depositaron en las urnas su confianza.
El Presidente no consultó con ninguno de los convocados asuntos económicos, como cepo, tipo de cambio, inflación, déficit, subsidios y tarifas. Esos temas son de abordaje exclusivo del Gobierno, manifestó un funcionario que se negó a que la prensa diera su nombre.
Massa colmó de elogios a Macri. “Vamos a oponernos proponiendo, no obstruyendo” destacó y entregó a Frigerio proyectos de ley de su partido para compartir “amenamente” y colaborar sobre narcotráfico, corrupción y el 82% móvil para los jubilados. Puso a su equipo técnico a disposición del macrismo. Mauricio le solicitó que apruebe sus proyectos de endeudar al Estado y aceptó, aunque “cauto” en conversaciones con la prensa contó que su condición es que no se encare el pago a los buitres hasta que no mejoren los mercados.
Stolbitzer puso al progresismo al servicio de la derecha, contraria al exceso de empleados públicos, le propuso a Macri que avance en su denuncia penal de nombramientos del anterior gobierno.
Adolfo Rodríguez Saa le ofreció al Presidente “todo su apoyo” y le adelantó que comparte los pilares de su gobierno. Quien no asistió a la cita fue Nicolás Del Caño argumentando hallarse a las antípodas del ajuste y devaluación.