PROLIFERACION DE MICROBIOS EN LOS ALIMENTOS,
COMO EVITARLOS Y ATACARLOS
El uso de un mismo cuchillo (u otro utensilio) para cortar o utilizar en la preparación de más un de alimento, además de compartir un tablero y sin lavado previo, es fuente de contaminación.
Los microbios se pueden transferir también cuando un alimento completamente cocido se contacta con otro crudo, o si gotea jugos este último sobre el ya cocinado.
Multiplicación de patógenos
Para que la alimentación enferme, muchos patógenos bacterianos precisan multiplicarse en grandes cantidades.
Una bacteria que se reproduce, dividiéndose cada media hora, puede ocasionar 17 millones de bacterias al cabo de 12 horas, en base a las condiciones de humedad, calor y un amplio número de nutrientes que contenga un alimento.
· No dejar alimentos afuera toda la noche
Cualquier alimentación apenas contaminada, pero que se haya mantenido fuera de la heladera en la noche, llega a resultar altamente infecciosa al día siguiente.
En cambio, el patógeno no se multiplica en absoluto cuando el producto alimenticio se refrigera de inmediato.
Importancia de la refrigeración o congelación
Lo usual es que la refrigeración o congelación sea un obstáculo definitivo para que las bacterias crezcan, pero sucede que en ciertas circunstancias un alimento en la heladera o el congelador sólo mantiene latente el avance patogénico.
Listeria monocytogenes y Yersinia enterocolitica
Dos bacterias transmitidas por alimentos, Listeria monocytogenes y Yersinia enterocolitica, llegan a acrecentarse aun a temperaturas de refrigerador.
La primera es un parásito intracelular que entra a través del intestino.
La segunda, es capaz de crecer dentro de una amplia escala de temperaturas, desde -1 °C hasta +40 °C. Se aloja y multiplica en las mucosas por el contacto con animales, e ingestión de productos o agua bajo contaminación.
Sal y azúcar a niveles altos
Si se aplica en los productos un alto contenido de sal y azúcar se obstruye el avance de las bacterias. Esto explica la razón por la que las carnes, jamones y legumbres picantes y saladas, se preservan sin inconvenientes.
Usar el calor
La destrucción de la bacterias, parásitos y virus se consigue si un alimento se calienta hasta una temperatura interna superior a superior a 160oF o 78oC, aunque solamente se cocine así por unos cuantos segundos.
La excepción es la bacteria Clostridium que genera una forma denominada espora, resistente a las altas temperaturas y que únicamente muere por encima del punto de ebullición. A la Clostridium la constituyen más de cien especies que provocan diarrea.
Alimentos enlatados y toxina
El proceso de enlatados se basa en su cocina a temperatura alta bajo presión. Las toxinas, originadas por las bacterias, varían en su posibilidad de vida según su sensibilidad al calor.
Por ejemplo, los estafilococos que propician vómitos no se inactivan incluso al hervirse el alimento.
Sin embargo, afortunamente, la potente toxina que desarrolla el botulismo, al ser hervida se inactiva en su totalidad.
Alimentos asociados con enfermedades
Los de origen animal y crudos son pasibles de contaminarse: la carne bovina cruda y del pollo, los huevos sin cocinar, la leche no pasteurizada y el marisco crudo.
· Hamburguesa, tortilla, aves
Una hamburguesa es factible que disponga de carne de cientos de animales; una tortilla preparada en un restaurante puede contener huevos de cientos de gallinas; un vaso de leche cruda alcanza a reunir leche de cientos de vacas.
El pollo se expone al goteo y jugos de muchos miles de otras aves que compartieron el mismo tanque de agua fría después del sacrificio.
Preocupación: frutas y legumbres
Lavar frutas y legumbres para consumirlas crudas disminuye el peligro de contaminación, si bien no se garantiza siempre la protección.
Todo depende de las condiciones sanitarias de la calidad del agua a la hora de su riego y recolección; el agua insuficientemente sana, contamina cajas enteras de productos.
El estiércol fresco utilizado como abono, puede contribuir a la contaminación.
Cocinar, separar, refrigerar, limpiar
Hay cuatro medidas imprescindibles para contrarrestar los microbios.
Cocinar completamente la carne, el pollo y los huevos; el uso de un termómetro asegura si alcanza su punto de cocción adecuada para matar bacterias. La carne vacuna molida necesita una temperatura interna de 160o F. Los huevos deben cocinarse hasta que la yema se vea firme.
Es importante aprender a separar los alimentos y no cruzarlos. Se evita la contaminación si se lavan las manos, los utensilios y las tablas de cortar, después de haberse tocado carne cruda y antes de tocar otro alimento.
La carne cocida tiene que ubicarse en una bandeja limpia y no en una que ha contenido previamente carne cruda.
Debe ser una constante la refrigeración pronta de las comidas sobrantes, si no se prevé su ingesta en las próximas cuatro horas. La refrigeración apropiada es repartir los diferentes productos en varios contenedores poco profundos.
Corresponde enjuagar frutas y legumbres en agua corriente, desechar las hojas exteriores de lechugas o coliflor. Las bacterias tienden a proliferar en las superficies cortadas; para evitar la situación no es apropiado dejar estos productos en temperatura ambiente por muchas horas, tras haberlos cortado.
Más recomendaciones: lavarse las manos con jabón y agua antes de preparar los alimentos. Es una mala práctica cambiar los pañales mientras se cocina, ya que conduce a propagar fácilmente enfermedades diarreicas, entre otras dificultades para el organismo.
Fuente: Alvaro Franco Plasin, Huelva, España,
Otras fuentes consultadas:
Revista Argentina de Microbiología, 2006
Departamento de Bacteriología y Virología, Instituto de Higiene.
Instituto de Pediatría, Centro Hospitalario Pereira Rossell. Facultad de Medicina,Universidad de la República. Montevideo, Uruguay