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Se ha comprobado estadísticamente en el mundo que los médicos de familia triplican la cantidad de historias de salud sexual de las adolescentes mujeres, en relación con las de los jóvenes masculinos que atraviesan por la misma etapa de la vida.

Además, el asesoramiento es hasta dos veces mayor en ellas que en los varones.

Olvido de los chicos

Esta situación se reitera en el caso de los pediatras que tienden a olvidar a los   chicos, mientras que se preocupan bastante de la salud sexual y reproductiva de las adolescentes.

Nueva guía para varones

Un comité de  expertos estadounidenses acabó de crear  una “Nueva guía para el manejo de la sexualidad en los adolescentes varones”, sin limitarse únicamente a la prevención de enfermedades de transmisión sexual o VIH, según informó la revista Pediatrics.

Necesidad de estudios periódicos y administración de vacunas

La guía Indica a los pediatras que lleven adelante la historia sexual de los adolescentes masculinos permanentemente actualizada, que les practiquen estudios periódicos conforme a cada edad y les suministren asesoramiento y vacunas apropiadas.

Pubertad, desarrollo, prevención de ETS , embarazo e infecciones

Además, analiza aspectos específicos de la sexualidad masculina, abarcando la pubertad, el desarrollo, el comportamiento de los menores y los métodos de prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y del embarazo, al tiempo que alerta de la presencia de más de 30 infecciones contraídas por contacto sexual.

Promover discusiones sexuales entre padres e hijos

Recomienda que todos los servicios pediátricos deben mantenerse en un ámbito confidencial y acorde a las culturas. Asimismo, adjudica a la atención médica la responsabilidad de promover discusiones sexuales entre padres e hijos, siempre en el marco de una coordinación de especialistas.

La guía fue elaborada por Arik Marcell, del Centro de Salud del Adolescente de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (EEUU).

Varios aportes de trabajos investigativos anteriores avalan que el comienzo de la pubertad en los varones se ha adelantado.

Entran en la pubertad en amplia mayoría a los nueve años y medio.

·         Síndrome de Marfan

Existen problemas vinculados con el crecimiento y el desarrollo bastante frecuentes y que no  suelen identificarse hasta la adolescencia, como el síndrome de Marfan.

Este  síndrome es un trastorno del tejido conectivo, cuya función es fortalecer las estructuras corporales.

Se afectan los sistemas esquelético y cardiovascular, al igual que los ojos y la piel.

Su causa obedece a defectos de un gen: fibrilina-1, que es un pilar fundamental  para los tejidos elásticos corporales.

Las irregularidades genéticas provocan un crecimiento exagerado de los huesos largos del organismo, elevando la estatura, las piernas y el tamaño de las manos.

Patologías en genitales

Otro tipo de patologías se dan en los genitales: torsión testicular, el varicocele, la ginecomastia (engrandecimiento patológico de una o ambas glándulas mamarias) o el cáncer testicular.

Alcohol, drogas, ansiedad, depresión, autolesión

Tampoco hay que olvidar que en la  adolescencia es probable que surjan conductas riesgosas: consumo de alcohol y drogas; igualmente hay que evaluar  si los chicos sufren ansiedad, depresión o se autolesionan.

Es importante aclarar las dudas de los hijos o la falta de información y animarlos a conversar con sus médicos sobre la salud en general, principalmente acerca de la prevención de las ETS, del sida y del embarazo.

Se ha constatado que al recibir una buena educación sexual en los colegios, los adolescentes tienen menos parejas sexuales y usan más el condón.

Influencia de Internet

Los jóvenes deben comprender que la Internet y/o los medios de comunicación son una  potencial influencia nociva, si suministran informaciones negativas sobre la sexualidad.

Bisexualidad

Ser bisexual no es ninguna irregularidad. El factor de riesgo reside en que los adolescentes no hablen abiertamente sobre su situación con los médicos.

A raíz de que las identidades sexuales se sujetan a cambios durante la adolescencia, es primordial que los profesionales pregunten sobre las atracciones sexuales y sus comportamientos reales, por ejemplo, si han sostenido relaciones sexuales con hombres, o mujeres, o ambos géneros.

La primera masturbación surge  entre los 12 y 14: los chicos  aprenden a través de su autodescubrimiento.

No es dañina en absoluto, pero los mitos persisten asociándola con consecuencias negativas, que acaban produciendo sentimientos de culpa o ansiedad.

Los médicos tienen que aseverarles  que la masturbación es normal y positiva para la expresión de la sexualidad, en tanto que se constituye en una manera de demorar las relaciones sexuales y sus probables riesgos.

El 82% de los varones de 12 a 19 años de edad admite  haberse sentido presionado por los amigos para mantener relaciones. Más de un tercio, en la edad comprendida entre  18 y 24 años, argumentan de que en realidad no querían sexo cuando lo practicaron por primera vez.

Violencia sexual, abuso de hombres

A largo plazo, se sabe que la violencia sexual o el abuso de otros hombres conduce a actitudes peligrosas, que incluyen  el sida, el abuso de sustancias o los pensamientos de suicidio.

·         Sexting

Los padres y los médicos deben estar sumamente atentos ante una posible violación en el menor y hablar sobre el sexting, que es el envío de contenidos de tipo sexual a los teléfonos móviles, sobre todo fotografías y/o vídeos, usualmente generados por el propio remitente.

Violencia física, verbal, coerción

Los adolescentes pueden incurrir en el acoso,  la violencia física o verbal y la coerción. De ahí, que es necesaria la promoción de relaciones sanas, mejorar la comunicación de ellos con su pareja y detectar si han caído en la violencia de género.

Una función sexual saludable favorece el buen desarrollo y bienestar juvenil.

Pero poco se han examinado hasta ahora las disfunciones sexuales en los varones, cuyas causas responden por lo común a: la ansiedad “por cumplir con la pareja”, la eyaculación precoz, poco placer por la utilización de preservativo, y problemas de erección cuyos orígenes derivan muchas veces de la diabetes, los efectos de algunos medicamentos o el tabaquismo.

El documento señala que los profesionales deben divisar de inmediato estos inconvenientes y justipreciar correctamente si los adolescentes sufren una enfermedad subyacente.

Añade que la consulta médica es el ámbito idóneo para notificar  a los chicos acerca de las conductas inseguras y de  sus consecuencias: ETS y embarazo. Corresponde persuadirlos que usen preservativo y cómo aplicarlo.

Ante todo, estos  profesionales  deben saber cuán importante es la salud sexual y cómo puede dañar  la calidad de vida de los adolescentes.

Deben propiciar  que los padres hablen con ellos en repetidas ocasiones para que funden vínculos saludables y responsables.

Los médicos tienen la obligación de reconocer si un joven padece de un problema sexual que lesione su salud psicosocial y física y brindarle el apoyo necesario; a la vez, tantear rutinariamente la calidad de sus relaciones sexuales, conversar  sobre ETS y proporcionarles las vacunas que precisan.

Otra fuente consultada: National Marfan Foundation