Las madres que fuman durante el embarazo son más propensas a tener hijos con trastornos del sueño desde el parto hasta los 12 años.
"Cuantos más cigarrillos fumaban las mujeres en el embarazo, más trastornos del sueño reunían sus hijos", dijo la coautora de un estudio al respecto, la doctora Kristen Stone, del Women and Infants Hospital, en Providence, Rhode Island.
Es más, aunque la mayoría de las fumadoras usara por lo menos un fármaco durante el embarazo, la nicotina es la única sustancia asociada con las dificultades para dormir de los pequeños.
El equipo de Stone, de hospitales de Miami, Detroit y Memphis, evaluó a unos 1.400 niños nacidos en 1993, 1994 y 1995, para conocer los efectos a largo plazo de la exposición a distintas sustancias durante la gestación.
La evaluación incluyó datos de esos chicos hasta los 12 años. De los 808 participantes, 374 habían estado expuestos a la cocaína o a opiáceos, como la heroína, antes de nacer, a diferencia de los 434 participantes restantes.
Las madres u otros responsables de su cuidado respondieron si los niños presentaban problemas para dormir o quedarse dormidos durante tres períodos: del mes a los 4 años de edad, de los 5 a los 8 años, y de los 9 a los 12.
La cocaína, los opiáceos, la marihuana o el alcohol durante la gestación no aumentó el riesgo de trastornos del sueño, lo que sí ocurrió con la nicotina, y los problemas se registraron en esos tres períodos de edades.
El equipo no mencionó qué porcentaje de niños manifestaron problemas para dormir, pero usó una medida común que asigna un puntaje a diferentes situaciones como hablar durante el sueño, ser sonámbulo o mantener dificultades para dormir.
La relación se sostuvo tras considerar factores como el nivel socioeconómico, si el menor había sufrido algún abuso y si la madre o el cuidador fumaban.
Los resultados no deberían considerarse como prueba de que el consumo prenatal de alcohol y drogas no es tan perjudicial para el sueño infantil como el tabaquismo en el embarazo, comentó Stone.
Los cigarrillos son distintos a otras sustancias, explicó, porque un fumador fuma con más frecuencia de lo que un drogadicto consume cocaína u opiáceos.
Además, indicó Stone que muchas de las participantes de la investigación habían usado varias sustancias durante el embarazo. "Cuando éstas se encuentran en el organismo, básicamente se transforman en una nueva sustancia a partir de sus interacciones", agregó.
Todo eso dificulta separar los efectos de la nicotina del de otras drogas.
En un editorial sobre el estudio, los doctores Gideon Koren e Irena Nulman, del Hospital for Sick Children, en Toronto, escribieron que las madres que fuman producen distintos efectos a diferencia de las que fuman, y el equipo de Stone no pudo explicar todos los factores que las distinguen.
Cuando un chico tiene problemas del sueño, señalo Stone, "la atención temprana y cuidadosa" permitirá que duerma mejor.
"Hasta la educación conductual básica del sueño le haría bien” y agregó: "mejoraría sus experiencias durante el día".
FUENTE: Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine,