La depresión grave en el año posterior a una lesión cerebral es común, no así su tratamiento, según reportaron investigadores del estado de Washington.
La incidencia de la depresión grave en 559 personas con una lesión cerebral por traumatismo fue casi ocho veces mayor que la esperada para la población general, publicó un equipo en JAMA/Journal of the American Medical Association.
Mientras que la depresión grave durante el primer año estuvo asociada con un deterioro de la calidad de vida o la capacidad funcional, "menos de la mitad de los participantes con el trastorno recibieron algún tratamiento en ese período", dijo el doctor Jesse R. Fann, de la Escuela de Medicina de la University of Washington, en Seattle.
Unos 3 millones de estadounidenses conviven con una lesión cerebral por traumatismo, definido como un golpe violento contra la cabeza o una herida penetrante que altera la función cerebral. La causa más común es el accidente de tránsito, aunque es también "una lesión típica en los soldados heridos", indicaron los autores.
Al observar que el tratamiento suele centrarse en la lesión y en su efecto en la capacidad del paciente de pensar claramente, el equipo de Fann buscó conocer con qué frecuencia aparece la depresión grave tras una lesión cerebral por un traumatismo grave y si se ve alterada la recuperación.
De 1.080 pacientes con lesión cerebral internados en un hospital especializado en Seattle entre junio de 2001 y marzo de 2005, 559 aceptaron participar en el estudio. Los pacientes, que en su mayoría eran hombres que habían tenido un accidente con el auto, fueron seguidos durante 12 meses.
A más de la mitad (53 por ciento) se le diagnosticó depresión grave durante el primer año, lo que representa una tasa ocho veces mayor que la esperada.
Sin contar a los que tenían depresión al momento de sufrir la lesión, 233 de los 471 participantes restantes (49 por ciento) generaron depresión grave "nueva".
Por varios motivos, según el equipo, la tasa de depresión mayor después de una lesión cerebral por traumatismo es probablemente "conservadora" y subestima el problema.
La depresión estuvo asociada con un aumento de la ansiedad, una reducción de la calidad de la salud auto percibida y una peor calidad de vida. El equipo opinó que es necesario que los servicios de salud mental participen de la atención de estos pacientes.
En el estudio, sólo el 44 por ciento de los participantes con depresión mayor recibieron algún antidepresivo o terapia.
Dado que la enfermedad después de una lesión cerebral "es un trastorno invisible dentro de una lesión generalmente evidente, el equipo opinó que se necesitan medidas más agresivas" para educar a los médicos, promover la detección y tratar a los pacientes.
Fann aconsejó no generalizar los resultados a los soldados que sufren una lesión cerebral por un traumatismo en el campo de batalla.
"Éstas eran lesiones en civiles; pero los resultados coinciden con los de estudios militares que demostraron que las lesiones en la cabeza, en especial cuando estuvieron precedidas de la pérdida de la conciencia, reúnen una tasa significativamente alta de depresión", finalizó Fann.
FUENTE: JAMA/Journal of the American Medical Association,