El movimiento y el ejercicio, especialmente tras periodos de convalecencia después de una operación o un fuerte dolor de espalda (que también pasa a ser crónico cuando se tiene sobrepeso), son maneras eficaces para evitar que se debiliten las estructuras de soporte de la columna vertebral en su parte posterior.
Promover flujo de sangre con nutrientes en torno a la columna
Las actividades físicas promueven el flujo de sangre -que reparte los nutrientes en el espacio intervertebral y en los tejidos blandos- ubicados en torno a la columna.
Además, el intercambio de nutrientes por medio del ejercicio conserva sanos los discos, músculos, ligamentos y articulaciones de la espalda.
Para proteger y atenuar trastornos ayudan ciertos deportes como la natación, caminatas, yoga y la gimnasia en el agua. Es aconsejable que se formule previamente una consulta médica.
Un dolor leve se combate cambiando de postura y apoyando las piernas a la altura de las caderas, flexionándolas ligeramente para cambiar el eje de la pelvis.
Para los dolores intensos se sugiere calor seco o húmedo y ejercicios suaves.
Función de la columna vertebral
La función de la columna vertebral es la de proteger la médula espinal y las raíces nerviosas; da equilibrio y balance corporal y favorece la movilidad.
Los movimientos de la columna se dan en tres planos: flexión/extensión, flexión lateral y rotación lateral.
En ocasiones, una historia clínica puede poner en evidencia traumas agudos o un perjuicio permanente por un exceso de anormalidades en las posiciones y/o en el transcurso de crecimiento y desarrollo de la persona.
Causas de dolencias
Es posible que las dolencias respondan a traumas, espasmos musculares, inflamación del disco intervertebral, escoliosis (desviación lateral de la columna), hernias discales y enfermedades reumáticas como la espondilosis juvenil o artritis.
Otros motivos son: síndromes de amplificación del dolor (fibromialgia) y raramente tumores benignos como quistes óseos, condromas e histiocitosis, o un cáncer que se presenta como sarcoma, leucemia o neuroblastomas.
Adolescentes y jóvenes
En los últimos años se viene registrando en los adolescentes un incremento significativo en la incidencia de desviaciones de columna y dolor de espalda, cuello y hombro, según un estudio realizado por la Universidad de Bergen (Noruega).
Los jóvenes dedican una cantidad de tiempo cada vez mayor a exponerse frente a la pantalla, ya sea de un televisor o computadora, dedicando demasiadas horas en entretenimientos como los videojuegos, explicó el autor principal de la investigación. Torbjorn Torsheim.
· Llegan a sufrir infecciones y tumores
En tales situaciones, si bien el dolor en general no es específico y autolimitado, es factible que produzca en los niños inconvenientes que revisten gravedad: infecciones o tumores benignos y malignos, entre ellos los que derivan en leucemia.
El dolor suele ser difuso, muy difícil de localizar y sin signos de compromiso neurológico.
Las dificultades del reposo
Mucha gente después de un poderoso dolor de espalda tiende a guardar reposo o a quedarse inactiva; sin embargo, en la mayoría de los casos, el movimiento y los ejercicios destinados a reactivar la espalda proporcionan más alivio.
Un programa de ejercicios para la espalda, efectuado en forma regular y sostenida, minimiza las dolencias del momento e iguales circunstancias futuras
El valor del yoga
La mayor investigación en el mundo hasta el momento, vinculada al yoga y concretada en el Reino Unido, destaca que esta disciplina mejora ampliamente el estado general de salud y el estilo de vida, siendo una herramienta fundamental para calmar el dolor crónico de espalda.
Así lo atestigua un artículo que difundió Estados Unidos a través de la revista Annals of Internal Medicine.
Las personalidades ansiosas
La ansiedad como un rasgo de la personalidad es uno de los factores que más inciden en la incapacidad por dolor de espalda, de acuerdo a otra labor investigativa española cuyas conclusiones se han publicado en la revista 'Pain Medicine'.
· Miedo, individuos que piensan “ya no puedo más”
Uno de los científicos intervinientes en este relevamiento, la doctora Jenny Moix, afirmó que evaluaciones previas en pacientes mostraron que la incapacidad por dolor de espalda se observaba muy influenciada por el miedo, las conductas de aislamiento y el "catastrofismo", es decir, que el padecimiento es más limitante en los individuos que dramatizan su vida situación y piensan 'ya no puedo más'".
Otra fuente consultada: Dr. Mauricio Alegría M. Reumatólogo, El Salvador