Las conductas agresivas y coercitivas a veces pueden producir buenos resultados solo a corto plazo; en cambio, a medio plazo dejan de originar ideas brillantes y beneficios para el trabajador y para la compañía donde se desempeña.
Las organizaciones laborales se enfrentan hoy a decisiones críticas, a presión y a una información “delicada” de modo casi cotidiano.
Responsabilidad del trabajador
La responsabilidad del trabajador aumenta diariamente, ya que la necesidad de lograr un acierto y/o resolución, por ejemplo si se trata de vender, es una cuestión que incide en la estabilización del negocio.
Quema de empleados y/o profesionales
Las empresas hoy caen en el “síndrome del apaga fuegos”, es decir, quemar empleados y/o profesionales –como primera reacción- para sustituirlos por otros con un menor sueldo.
Liderazgo y emociones; competencias
Las escuelas de liderazgo hacen hincapié en que hay que manejar las emociones, que permiten aportar soluciones que se prolonguen en el tiempo; esto significa estabilizar la situación laboral para dar lugar al éxito mediante un desenvolvimiento apropiado frente a las competencias de orden emocional.
El dominio emocional es el factor determinante para triunfar o perder. Las condiciones actuales en el campo del trabajo muestran que el fracaso se ubica cada vez más cerca.
Que el cerebro no se deje engañar
El cerebro usa básicamente sistemas automáticos o intuitivos, activos en su mayor parte durante largos periodos e independientemente de la voluntad, destaca Daniel Kahneman, padre de la toma de decisiones y Nobel de Economía.
Pero el cerebro tiende a dejarse engañar –según el especialista- con generalizaciones excesivas, repitiendo procesos no favorables mientras simplifica cuanto escucha y ve.
Entonces, no consigue que la actividad cerebral accione un segundo tipo de sistemas más analíticos.
Disonancia cognitiva
El fenómeno que explica cómo el cerebro aprende a engañarse a sí mismo es la disonancia cognitiva.
Si se cae en esta disonancia la actividad cerebral se dispone a escuchar únicamente lo que quiere escuchar, por lo que acaba eliminando cualquier hipótesis previa que haya elaborado y contradice sobre todo los comportamientos.
Punto ciego en la mente racional
En consecuencia, en la mente irracional irrumpe una especie de ignorancia –según Kahneman - que torna al individuo a aceptar como válido un comportamiento incoherente.
Dictadura de los neurotransmisores del placer
Todo ello es producto de la dictadura de los neurotransmisores de placer, que premian el autoengaño que casi siempre es un obstáculo contra el cambio.
Cómo innovar, desterrar viejas creencias y límites
Para innovar y encontrar soluciones, corresponde pensar de otra forma: dejar de lado viejas creencias y límites.
El éxito depende de la capacidad de transformar el pensamiento frente a viejas actitudes en el hacer, teniendo en cuenta que esas tendencias imposibles y caducas no aportan ningún beneficio.
Un nuevo estilo: reinventarse
Las emociones deben conducirse con otro estilo: una modalidad de pensamiento que conduzca a la persona a reinventarse y crear entornos hasta el momento inexistentes y que concluyen en su mejor desenvolvimiento.
Por supuesto que el cambio se resiste en una multitud de aspectos dentro de una organización laboral con consiguientes desventajas, pero el trabajador puede salir a su encuentro si aprende a verlo todo de otro modo.
Just do it!!, humildad y no arrogancia
No queda más que “Just do it!!” y humildad y no arrogancia
La humildad confronta con la arrogancia, en el sentido de que viejas creencias se basan erróneamente en que cada uno sabe lo que conviene. Y no es así.
Importa, por el contrario, la humildad para admitir que no se tienen a mano todas las recetas y enmiendas.
Se deben aceptar los límites y reconocer los puntos donde se necesita de los otros con más experiencias o ideas renovadas.
· No a una actitud paranoica de control y coacción
Ser humilde es saber replantearse lo que uno conoce y no tomar una actitud paranoica de control y coacción.
· Qué es el equilibrio emocional
Es necesario recurrir a un equilibrio emocional: dominar el miedo, ganar en optimismo y esperanza y con una mente inclinada a la producción, e incrementar los pensamientos positivos y creativos porque son los que verdaderamente abren puertas a soluciones apropiadas.
Innovar es desafiar
Un comportamiento innovador desafía lo que está establecido, en particular los mecanismos automatizados que se hayan instalado en el cerebro y que no se diseñaron para la transformación y la lucha contra la hipercomplejidad a la que los trabajadores se someten.
Seguridad, romper con la cárcel de percepciones
La seguridad origina hábito y la mayor amenaza para empleados y empresas es ahorrar energía para no cuestionar cuanto se hace, ya que esto se convierte en una “cárcel de las percepciones” que distancia de la posibilidad cierta de un entorno que mude de aires.
Innovación contra viejos esquemas mentales
Es costumbre que el cerebro haga que las personas en general se aten a viejos esquemas mentales, sin planteo, y que las emociones den una falsa seguridad resistente a asumir actitudes cambiantes.
Incertidumbre y angustia
La incertidumbre y la angustia frente al cambio adquieren relieve emocional.
La neurociencia explica la escasa racionalidad humana, la distorsión óptica que se parece a la que experimentan los pilotos de avión: a mayor velocidad, menos capacidad de ver el entorno y más concentración en lo que se hace.
Innovar en tiempos acelerados está en las manos de cada uno
Para innovar en tiempos de aceleración es imprescindible olvidar las normas y esquemas establecidos que aprisionan siempre; por el contrario, se hace necesario obtener nuevas ideas “subversivas” para el cerebro.
El futuro está en las manos de cada uno, no en la de otros. Cada persona puede y posee capacidad para hacer todo lo mejor posible.