Los ejercicios que vigorizan los músculos del suelo pélvico aportan múltiples beneficios y no tienen efectos adversos secundarios, mientras que la medicación favorece de modo limitado y con derivaciones no apropiadas y frecuentes.
Debilidad muscular y estrés
Una investigación estadounidense se abocó al análisis de la incontinencia por estrés, ya sea por la imposibilidad de estornudar o toser como la urinaria, que habitualmente crea una necesidad urgente de orinar y ocasiona una pérdida involuntaria e inmediata de la orina.
En este último caso, falla el esfínter urinario porque la musculatura del suelo pélvico se muestra endeble.
Incontinencia urinaria femenina a toda edad
Cerca del 25% de las mujeres jóvenes, 57% de las de mediana edad y en situación de postmenopausia, más el 75% de las adultas mayores residentes en geriátricos sufren incontinencia urinaria, una condición que tiende a producir muchas limitaciones en el estilo de vida.
En las jóvenes el estrés llega a ocasionar esta problemática.
La ejercitación física es beneficiosa y no trae complicaciones; en tanto, la farmacología no brinda tal suerte, según un estudio de la Agencia para la Investigación y Calidad en el Cuidado a la Salud de Estados Unidos (AHRQ publicado en la revista Annals of Internal Medicine.
· Actividades emprendidas por voluntarias y resultados propicios
Mujeres voluntarias practicaron ejercicios diseñados para fortalecer esta musculatura, similares a los de Kegel ( apuntan a la contracción del suelo pélvico en quienes acabaron de dar a luz).
También, con el fin de alcanzar fortaleza cumplieron actividades para entrenar la vejiga.
De esta manera consiguieron mejorar la incontinencia urinaria, cosa que no sucedió con aquellas que se limitaron al consumo de fármacos, las que las expuso a experimentar secuelas muy elevadas, como lesiones de orden estomacal por la potencia de las drogas, además de psicológicas y sociales por no lograr una solución para esta problemática..
Incontinencia y por causas psicológicas y sociales
La incontinencia urinaria, de acuerdo a expresiones de Carolyn Clancy, directora del AHRQ, perjudica al sexo femenino de muchos modos: físicamente, psicológica y socialmente con impactos a veces de gravedad.
El nuevo trabajo investigativo indica que es preciso que las mujeres y su médicos busquen juntos el mejor tratamiento “individual″.