Según el sitio web Giardian.co.uk el estrés es un mecanismo de defensa natural del cuerpo, significa una señal de alerta de riesgos contra la salud y prepara para la acción.
Hoy abunda en el campo laboral.
· 25% adultos con estrés, ansiedad y depresión
Cada año aproximadamente el 25% de los adultos en el mundo sufre síntomas de estrés, ansiedad y depresión.
Sintomatología del estrés
Un cuadro de estrés muestra taquicardia, dolencias estomacales, tensión muscular, hormigueo en la cabeza, vómitos, sensación de opresión o presión en el pecho y sudores.
Existen comportamientos que puede adoptar el paciente para contrarrestar la sintomatología; consisten en un buen manejo tanto de complicaciones físicas como de los sentimientos negativos.
Luchar o huir, sector frontal derecho del cerebro
Todo depende de si el cuerpo se dispone a luchar o a huir.
Los últimos estudios en la temática han verificado que la reacción de pelear o escapar ante situaciones estresantes, modifica el sector frontal derecho el cerebro que introduce cambios en la manera de pensar.
· Defensa, ataque, huida o tolerancia
El pensamiento DART de defensa, ataque, huida o tolerancia, da lugar a que la persona busque protegerse, o se torne agresiva, destructiva y/o se resista a recibir ayuda.
· Sensación de haber fracasado
Es muy importante tener en cuenta que son muy sutiles las circunstancias que van contra la supervivencia, tanto en el trabajo como en el entorno social y familiar, y sobre todo cuando predomina la sensación de fracaso.
Pero si se aprende a dominar los síntomas del estrés y la negatividad, es factible combatirlos también en la medida en cómo se encare el modo de pensar.
Algunas recomendaciones
· Si se padece un síntoma físico se debe aceptarlo y no obsesionarse en contrariarlo, aunque sin calificarlo de antemano como irremediable; esta actitud permite focalizarse en las acciones imprescindibles para conseguir una mejoría general.
· Acostumbrarse a exhalar e inhalar. Respirar con lentitud por el término de 10 minutos renueva la voluntad de mejorarse y retomar el estado natural.
· No analizar en profundidad los pensamientos.
· Elaborar un pensamiento positivo cada día y recurrir a él cuando uno se siente mal; así se facilita la recuperación del equilibrio emocional.
· Una vez recobrada la armonía emocional, hay que cuestionarse a uno mismo sobre cuál es el motivo que atemoriza y cómo cuál es el procedimiento que se adecuaría para enfrentarlo.
· No corresponde preocuparse por errores del pasado o proyectar futuros problemas. Admitir sin culpa los buenos y malos momentos de la vida, contribuye a no caer en el estrés.
· Reflexionar cada día 15 minutos sobre aspectos positivos.
Otra fuente consultada: socióloga de la Universidad de Michigan, Sarah Burgard, profesora investigadora asistente en el Instituto de Investigación Social (ISR) de la UM.