Reacción corporal
El nuevo estudio recalcó que la reacción mental y encausamiento del miedo de los demás varía en función de cuanto ocurre en distintas secciones corporales propias.
Ciclo cardíaco, demostración por primera vez
Esta novedosa investigación ha demostrado que la forma en que nuestras mentes actúan y procesan emociones -como el miedo- cambia en función de lo que ocurra en distintas partes de nuestro cuerpo.
En una presentación efectuada en el British Neuroscience Association Festival of Neuroscience de Londres, un equipo de especialistas mostró por primera vez que el ciclo cardíaco media en el modo en que se elabora la información del temor que sufre otra gente, ejerciendo un papel fundamental los estímulos que se sienten, los cuales responden fehacientemente a raíz de un sector cerebral que acaba entendiendo el dolor ajeno.
Neurociencia cognitiva
Sarah Garfinkel de la institución del Reino Unido nombrada precedentemente, fundamentó en un artículo publicado en la British Neuroscience Association por AlphaGalileo, que la neurociencia cognitiva pugna por comprender cómo los procesos biológicos interactúan para influir en la mente consciente.
· Percepciones, cogniciones, emociones
En tanto la actividad neuronal del cerebro suele ser el centro de las evaluaciones, aumenta la conciencia de que el corazón interacciona con el cerebro para intervenir en percepciones, cogniciones y emociones.
Afirmó Garfinkel que se ha puesto a la vista que se procesa el miedo vinculado con “imágenes terribles” y la situación del corazón.
Sístole y diástole
El descubrimiento se hizo conectándose de 20 voluntarios a monitores cardíacos, acoplados simultáneamente a ordenadores, donde fueron apareciendo caras asustadas.
Cuando los participantes veían las imágenes, se fue registrando su quehacer cardíaco con electrocardiogramas.
Se consiguió relacionar los rostros con las impresiones de los voluntarios y con momentos de su ciclo cardíaco.
Contracción miocárdica
Se corroboró que al ver una cara con expresión de temor en el lapso de la sístole o contracción miocárdica (cuando el corazón expulsa la sangre que posee en su interior), los participantes percibieron más intensamente la cara con miedo; por el contrario el mismo temor bajó en la diástole, que es la relajación cardiaca, en cuyo paso el corazón se llena de sangre.
Actividad neuronal
Un segundo experimento se ocupó de cómo se comportaba la actividad neuronal con el uso de un escáner de resonancia magnética; acreditándose que una zona del cerebro, la amígdala, influye en la modalidad en que el corazón cambia su discernimiento del miedo de los otros.
La ansiedad
Garfinkel y su equipo aclararon que el grado en que nuestros corazones manipulen la vista y el proceso del miedo ajeno, se halla afectado por el nivel de ansiedad de los perceptores, al punto de que la ansiedad llega a cambiar la actitud de los corazones en consonancia con la percepción de imágenes; igualmente, intervienen los circuitos de modulación neuronal que subyacen a la modulación coronaria de las emociones.
Trastorno de estrés postraumático
Los aciertos obtenidos podrían contribuir a favor de las personas con ansiedad o con el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
“Identificamos un importante mecanismo por el que el corazón y el cerebro" hablan "el uno con el otro para variar nuestras emociones y disminuir el miedo. Esperamos explorar la terapéutica en enfermos de alta ansiedad”, citó Garfinkel.
· Comprensión mayor de la ansiedad y mejores terapias
Incrementar la comprensión sobre una ansiedad elevada y de cómo cómo se elabora miedo y de qué forma éste podría reducirse, podría dar lugar a tratamientos más eficientes, aún en caso TEPT.
Garfinkel remarcó el creciente reconocimiento terapéutico de la meditación o el mindfulness (la práctica, estudiada científicamente es una manera efectiva de reducir el estrés, incrementar la autoconciencia y disminuir la sintomatología física y psicológica del estrés.)