Descubren nueva forma más potente para tratar la depresión
En la búsqueda permanente de hallar terapias innovadoras para superar la depresión, investigadores de la Universidad de Texas Southwestern Medical Center (EEUU) dieron a conocer un mecanismo en el cual han depositado una profunda confianza.
Hormona laghrelina “del hambre”
Han descubierto que la laghrina, que es una hormona natural antidepresiva, sabe trabajar dentro del cerebro al igual que contra el estrés y los problemas vinculados a la alimentación.
Esta hormona es más reconocida por sus beneficios antidepresivos naturales para despertar el apetito, de ahí que se la denomina “hormona del hambre”.
Tensión psicológica o restricción calórica
Pero ahora los citados expertos acaban de hallar -a través de un análisis del funcionamiento de la laghrina en ratones- que ella también reúne cualidades antidepresivas naturales al aumentar sus niveles, sobre todo cuando se presenta una tensión psicológica que se extiende en el tiempo o una restricción calórica.
Formación de nuevas neuronas
Además, la ghrelina pudo provocar en el experimento con roedores la constitución de nuevas neuronas en el ámbito del hipocampo, proceso llamado neurogénesis, lo cual contribuyó con una disminución de los grados de estrés.
Luego de someter a los ratones a un estrés prolongado, encontraron que los niveles de esta hormona se incrementaron notablemente.
Compuesto de drogas
Apelaron a la elaboración de un compuesto de drogas (P7C3) - y después de inyectarlo- comprobaron que se optimizó la neurogénesis de la ghrelina, convirtiéndose en un efectivo y potente antidepresivo.
Fármaco innovador
El conductor del estudio Jeffrey Zigman destacó que al evaluar la manera en que la hormona del hambre se desempeñaba para contrarrestar una “larga exposición a una situación de estrés”, les permitió registrar lo que podría llegar a ser una nueva clase de fármaco “muy potente”.
Mejores tratamientos
Todo indica que se va en buen camino para crear tratamientos específicos y mejores que los actuales para personas con depresión, estrés crónico, resistencia a la ghrelina o alteración de esta última, más en aun cuando surgen consecuencias directas como la obesidad o la anorexia nerviosa, según publicó la revista Molecular Psychiatry.
Depresión, síntomas generales
Tristeza persistente, ansiedad o estado de ánimo “vacío”.
Sentimientos de desesperanza, pesimismo.
Sentimientos de culpa, inutilidad, impotencia.
Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban, incluyendo el sexo.
Baja de energía, fatiga, “lentitud”
Inconvenientes para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
Insomnio, despertarse en la madrugada o dormir demasiado.
Máximo apetito, pérdida o exceso de kilos de más.
Predominio de pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio.
Inquietud, irritabilidad.
Síntomas físicos continuos que no responden al tratamiento: dolores de cabeza, trastornos digestivos y dolor crónico.
Otra fuente consultada: Organización Mundial de la Salud