Un nuevo estudio europeo reveló que los bebés identifican algunas normas gramaticales y en idiomas extranjeros. Su comprensión sobre el aprendizaje de distintas lenguas se produce a partir de los cuatro meses de vida.
Se experimentó sobre su actividad cerebral. En las primeras fases de las pruebas, los chicos apenas percibieron diferencias cuando escucharon frases italianas incorrectas, pero en la cuarta fase dieron muestras del aprendizaje de este idioma sin errores.
La investigación publicada en la revista científica PLoS ONE indica que los bebés captan los idiomas con una velocidad y facilidad que asombra, tanto a sus padres como a los investigadores.
Incluso los recién nacidos diferencian los diversos fonemas de las sílabas. Asimismo, a muy corta edad, parecen ser capaces de reconocer las relaciones entre sílabas adyacentes que suelen presentarse juntas.
Estudios anteriores señalaron la posibilidad de que los niños no comprendiesen este tipo de normas hasta la edad de 17 o 18 meses.
"Nos parecía demasiado tarde", comentó la catedrática Angela Friederici, Directora del Departamento de Neuropsicología del Max Planck Institute for Human Cognitive and Brain Sciences, en Alemania.
Esta catedrática y sus compañeros sugirieron que los bebés de cuatro meses ya poseen ciertas capacidades de discriminación fonológica y algún grado de memoria verbal.
En consecuencia, enseñaron a bebés alemanes de esta edad algunos conceptos básicos de italiano.
En poco más de tres minutos, los bebés escucharon frases en italiano que contenían dos construcciones sencillas. Un tipo de frase incluía la construcción "sta X-ando"' (como "está X-ando"); un ejemplo de este tipo de frase es "[il fratello] sta cantando", que significa "[el hermano] está cantando".
El segundo tipo de frase implicaba la construcción "può X-are"' (como "puede X"); en este caso: el ejemplo "[la sorella] può cantare", que significa "[la hermana] puede cantar".
Tras escuchar frases italianas de este tipo, correctamente formadas, durante tres minutos, se sometió a los niños a una breve prueba, durante la cual escucharon frases correctas e incorrectas.
Las equivocadas mezclaban las construcciones, formando expresiones como "la sorella può cantando" ("la hermana puede cantando") o "il fratello sta cantare" ("el hermano está cantar").
En total, los niños pasaron por cuatro fases de aprendizaje durante las cuales escucharon un total de 256 frases sin errores, el tiempo total de aprendizaje fue ligeramente superior a 13 minutos.
En las primeras fases de las pruebas, apenas se percibieron diferencias en el patrón de actividad cerebral al escuchar frases italianas equivocadas.
Pero, en la cuarta fase, aparecieron patrones de actividad muy diferentes que indicaron que los niños habían aprendido que "sta" debe ir con "-ando" y "può" con "-are".
"Los datos actuales muestran que los niños de cuatro meses pueden identificar dependencias entre elementos no adyacentes en frases, tras una breve exposición a una lenguaje no nativo natural", concluyeron los investigadores.
"La sensibilidad ante las regularidades gramaticales muestra que los niños identificaron las dependencias entre las dos parejas de elementos no adyacentes (es decir, los verbos auxiliares y los sufijos verbales correspondientes) de las frases correctas que habían escuchado durante las fases de formación".
"Es evidente que no detectan errores relacionados con el contenido", admitió la catedrática Friederici. "Mucho antes de entender el significado, los bebés reconocen y generalizan regularidades del sonido del idioma".
De acuerdo a los expertos, los bebés alemanes en su actividad cerebral, cuando se expusieron a errores, se asemejaron a los patrones de adultos de habla italiana.
Por su parte, los hablantes de alemán nativos que estaban estudiando italiano como segundo idioma no respondieron del mismo modo.
Los investigadores adujeron:”el aprendizaje de forma nativa puede limitarse a un cierto período de tiempo durante el desarrollo".