OBESIDAD, DESNUTRICION, SOBREPESO Y RIESGO DE MUERTE
En Estados Unidos, el Instituto de Deceso, Control y Prevención de Hayattsville, realizó una investigación referida a riesgo de muerte y distintos grados de índice de masa corporal.
Las causas de muerte asociadas con desnutrición y obesidad se incrementaron en los últimos tiempos, mientras que las vinculadas con sobrepeso, disminuyeron.
Los hallazgos mostraron que la desnutrición se asoció con mayor riesgo de muerte por enfermedades que no son de carácter cardiovascular ni cáncer.
En tanto, el sobrepeso se relacionó con aumento de la mortalidad por diabetes y enfermedad renal. También se registró un bajo riesgo de muerte de causa cardiovascular o cáncer, lo cual, en promedio, en los individuos con sobrepeso, determinó un descenso del riesgo de muerte.
La obesidad se vinculó altamente con el incremento del riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular, con diversos tipos de cáncer relacionados con obesidad, diabetes y enfermedad renal.
Las conclusiones surgen de una evaluación concretada en adultos mayores de 25 años, según un patrón de las 113 enfermedades determinadas de acuerdo a la Clasificación Internacional de Enfermedades.
Mortalidad de causa cardiovascular
La obesidad tuvo una asociación fuertemente positiva con esta causa de muerte, no así el sobrepeso.
Mortalidad por cáncer
No se detectó una correlación entre los diferentes grados de sobrepeso y desnutrición con algún tipo de cáncer específico.
Se realizó una subdivisión en tres grupos: cáncer de pulmón, cáncer relacionado con obesidad (cáncer de colon, mama, esófago, útero, ovario, riñón y páncreas) y otros tipos de neoplasias.
La mortalidad por cáncer de pulmón no tuvo relación con el peso del individuo.
El sobrepeso no tuvo vinculación con ningún tipo de cáncer en particular. Todos los demás tipos de neoplasias no tuvieron asociación con ningún valor de índice de masa corporal en especial.
Otras causas de mortalidad
La desnutrición tuvo una fuerte asociación positiva con causas de muerte no relacionadas con enfermedades cardiovasculares ni con cáncer, mientras que la obesidad no se relacionó de manera significativa con otras causas de muerte.
A su vez, estas causas se dividieron en subgrupos: 1) diabetes y enfermedad renal; 2) enfermedad respiratoria crónica, incluidos bronquitis y enfisema; 3) enfermedad respiratoria aguda y enfermedades infecciosas, como neumonía, tuberculosis, septicemia y otras; 4) heridas, incluidos accidentes, suicidios y homicidios; 5) todas las demás causas, entre ellas, enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, hepatopatías y cualquier otra causa de muerte no contemplada en las categorías anteriores.
El sobrepeso y la obesidad de primer grado tuvieron una clara asociación positiva con las muertes causadas por diabetes o enfermedad renal.
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Muerte de enfermedad cardiovascular
La enfermedad cardiovascular (ECV) causa el 37% de las muertes en adultos. El 13% se relaciona con obesidad.
No se detecta asociación predominante entre la causa de muerte cardiovascular y el sobrepeso.
Diversos estudios previos detectaron que el sobrepeso se relacionó con un 2% de las muertes de causa cardiovascular en los varones y 9% en el caso de las mujeres.
Hasta el momento se puede concluir que el sobrepeso se relacionaría con el 0.9% a 1.1% de las muertes por esta causa.
Cáncer
Esta enfermedad ocasiona el 24% de las muertes.
La causa de muerte se subdivide en categorías: cáncer de pulmón como causante del 29% de las muertes de adultos; diversos tipos de cáncer considerados asociados con la obesidad, causantes del 31% de las muertes, y otros tipos de cáncer que provocan el 40% de las muertes restantes.
La obesidad se vincula con el 11% de las causas de muerte por cánceres relacionados con ella.
En los países en desarrollo la asociación entre el sobrepeso y la mortalidad por cáncer es de un 3% Otros estudios relacionan en 4% estas dos enfermedades.
En el Cancer Prevention Study II se concluyó que el 4.3% de las muertes por cáncer en varones y el 14.3% de las muertes por cáncer en mujeres se asociaron con obesidad.
El cáncer de pulmón y otros tipos de cáncer no mostraron asociación con la desnutrición, el sobrepeso o la obesidad.
Desnutrición
El 39% de las muertes en adultos se deben a causas diferentes de las cardiovasculares o el cáncer.
El Cancer Prevention Study II comprobó una relación muy baja entre el índice de masa corporal (IMC) y las causas de muerte no relacionadas con ECV o cáncer entre individuos sanos, que no fumaban, hasta grados de IMC de 32 para el varón y 28 para la mujer.
La diabetes y la enfermedad renal, combinadas, tuvieron una asociación fuertemente positiva con el sobrepeso y la obesidad.
Todas las demás categorías (enfermedad pulmonar crónica, enfermedad pulmonar aguda e infecciosa, heridas y otras) mostraron una disminución en la mortalidad asociada con sobrepeso y obesidad de primer grado. Sin embargo, esta relación perdió su tendencia negativa al asociarse con grados de obesidad mayor.
La muerte de causa cardiovascular y la diabetes, en combinación con la enfermedad renal, fueron las asociaciones más importantes para la obesidad.
Los datos señalan que los aumentos moderados de peso actúan como un factor protector en varias enfermedades y mejoran la supervivencia.
No se halló asociación entre el sobrepeso y las ECV o el cáncer. Sí se demostró la relación decreciente de índice de masa corporal y casos de infecciones.
RIESGOS CARDIOVASCULARES EN MUJERES POSMENOPAUSICAS
Las mujeres posmenopáusicas con antecedentes de crisis de angustia tienen un riesgo tres veces mayor de infarto de miocardio o de accidente cerebrovascular. Este resultado lo arrojó un seguimiento de 5 años que efectuó el Hospital General de Massachusetts, Boston, Estados Unidos, sobre 93.676 mujeres de 50 a 79 años.
La crisis de angustia comprende episodios súbitos de miedo, ansiedad o malestar extremo. Pueden aparecer en forma esporádica o ser parte de diversos trastornos de ansiedad, como el de angustia, ansiedad social y las fobias específicas.
La ansiedad fóbica consiste en el miedo irracional ante situaciones como los lugares cerrados, las enfermedades incurables, la altura, las aglomeraciones, el estar solo y los viajes.
Métodos
El estudio se cumplió en 10 centros clínicos, realizándose un ensayo sobre los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, neoplasias, fracturas y otras causas de morbimortalidad.
Las participantes completaron un cuestionario acerca de la aparición de crisis de angustia en los últimos 6 meses y de migrañas, antes de someterse a un registro electrocardiográfico ambulatorio de Holter de 24 horas.
Se consideró que las mujeres tuvieron crisis de pánico indeterminadas si sólo presentaron un episodio de palpitaciones en los últimos 6 meses, pero sin miedo, ansiedad o malestar extremo. Quienes experimentaron 4 o más síntomas de angustia, se las incluyó en el grupo de mujeres con crisis de angustia verdadera.
El grupo de comparación comprendió a las participantes sin crisis de angustia completas o limitadas en los 6 meses previos.
La depresión se determinó sobre estado de ánimo depresivo o tristeza dentro de los últimos 2 años.
Los criterios de valoración fueron los eventos cardiovasculares que se produjeron después de la realización del cuestionario, que comprendieron enfermedad coronaria (EC), accidente cerebro vascular (ACV), EC o ACV combinados y la mortalidad total.
Resultados
Las mujeres posmenopáusicas que experimentaron al menos una crisis de angustia en los 6 meses previos al estudio, presentaron más probabilidad de tener factores de riesgo cardiovascular, como hábito de fumar, índice de masa corporal (IMC) elevado, diabetes mellitus, hipertensión y síntomas depresivos, así como antecedentes de morbilidad cardiovascular.
Se produjeron 41 eventos de enfermedad cardiovascular, 40 ACV y 147 muertes por todas las causas después de un seguimiento promedio de 5.3 años.
El antecedente reciente de crisis de angustia completa se asoció con aumento en el riesgo de enfermedad cardiovascular o ACV combinados.
En el modelo ajustado por edad, raza, ingreso económico, IMC, ingesta de alcohol, hábito de fumar, uso de hormonas, hipercolesterolemia, hipertensión, actividad física, depresión, diabetes, arritmias sostenidas y antecedentes de enfermedad cardiovascular, las crisis de angustia completas fueron un factor de riesgo independiente para EC , EC o ACV combinados y mortalidad total .
Conclusiones
Comentan los autores que los resultados de su estudio demostraron que las mujeres de entre 51 y 83 años, que informaron al menos una crisis de angustia en los últimos 6 meses. tuvieron mayor riesgo de eventos cardiovasculares ulteriores durante un período de seguimiento de 5.3 años.
La asociación con las crisis de angustia parece ser más sólida para EC que para ACV.
En conclusión, la crisis de angustia es un marcador de riesgo aumentado de morbimortalidad cardiovascular en las mujeres posmenopáusicas. Los hallazgos indican que las mujeres de edad, con antecedentes recientes de crisis de angustia, representan un subgrupo con mayor riesgo de EC y ACV que deben controlarse a través de medidas de reducción en el riesgo cardiovascular.
EL FUTBOL ESTRESA Y AUMENTA
EL RIESGO DE EVENTOS CARDIOVASCULARES AGUDOS
Pesenciar un partido de fútbol y experimentarlo con mucho estrés, duplica en el espectador el riesgo de eventos cardiovasculares agudos. Concurrir a un partido de fútbol importante puede producir un elevado grado de estrés emocional, lo cual, a su vez, desencadena la aparición de síndromes coronarios agudos y arritmias cardíacas sintomáticas.
En Munich, Alemania, en ocasión del último mundial de 2006, se evaluó la incidencia de eventos cardiovasculares durante los días en los cuales se presentaba en esa ciudad el equipo nacional. Resultó 2.66 veces superior con respecto a la observada en el resto del campeonato. Esta circunstancia, según los investigadores, bien puede trasladarse a todos los países donde el futbol representa un deporte particularmente popular.
En la citada ciudad se compararon los resultados correspondientes a los 7 días en los cuales jugó el equipo nacional alemán, con relación a los 24 días restantes del campeonato sin participación de este último.
Se registraron durante todo el mundial un total de 4 279 eventos cardiovasculares agudos. Las tasas de incidencia en los días de participación del seleccionado alemán y en el resto de las jornadas previstas por el mundial fueron 2.66 y 1.11 veces superior, respectivamente.
En particular, en el transcurso del campeonato, los hombres mostraron un riesgo 3.26 veces mayor de episodios cardíacos, mientras que en las mujeres el riesgo fue 1.82 veces superior.
Entre los individuos que presentaron eventos cardiovasculares durante los días en los cuales jugaba el equipo nacional, la proporción de pacientes que acudieron a recibir asistencia por enfermedad coronaria conocida fue de 47.0%, mientras que durante todo el campeonato el porcentaje fue de 29.1%.
Otro dato interesante es que la mayor incidencia de eventos cardiovasculares se registró durante las primeras dos horas posteriores al inicio de los partidos que jugaba ese país.
Cuando jugó la selección nacional, aumentaron las tasas de incidencia de infarto de miocardio (IM), angina inestable y arritmias cardíacas en 2.49, 2.61 y 3.07 veces, respectivamente.
La investigación, realizada en Boston, Estados Unidos, precisa que después del seguimiento de los pacientes durante màs de tres años, se produjeron 310 casos de muerte entre los que consumían marihuana y 7 entre aquellos que no lo hacían.
LA DEPRESION AFECTA SIGNIFICATIVAMENTE A LAS MUJERES QUE TUVIERON INFARTO DE MIOCARDIO |
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la enfermedad coronaria es la principal causa de muerte y discapacidad en hombres y mujeres. Sin embargo, sostiene que los avances médicos mejoraron los índices de supervivencia de los pacientes que sufren eventos isquémicos.
No obstante, aún existen diferencias vinculadas con el sexo, las características demográficas y el curso de la recuperación. Es más, se sugiere que la presentación de la enfermedad coronaria es diferente entre las mujeres y los hombres. En las mujeres, la respuesta más frecuente ante el estrés significativo es la depresión. A su vez, los síntomas depresivos y el trastorno depresivo mayor son habituales en los pacientes con enfermedad coronaria. Las mujeres, por su parte, tienen un riesgo mayor de depresión respecto de los hombres. Esta vulnerabilidad se vincularía con factores biológicos y psicosociales. El objetivo del estudio fue evaluar las diferencias entre géneros de los síntomas depresivos.
Resultados Se incluyeron pacientes hospitalizados por infarto agudo de miocardio. Se tomó una muestra de 486 pacientes, 21% de los cuales eran mujeres.. En comparación con los hombres, las mujeres tenían mayor edad, menos probabilidades de ser casadas y menos años de educación formal. Ellas refirieron un ingreso anual menor y menos contactos cercanos a quienes acudir; además presentaron con más frecuencia diabetes mellitus e hipertensión, en tanto que los hombres tuvieron más antecedentes de tabaquismo. Al año de seguimiento, la depresión fue significativamente peor en las mujeres. En cuanto a la calidad de vida vinculada con la salud, el puntaje fue altamente peor en ellas, tanto al inicio como al año de estudio. Igualmente, las mujeres argumentaron una declinación mayor en todas las dimensiones de la calidad de vida. Mientras el puntaje en los hombres observó al año una mejoria, el de las mujeres empeoró.
Los hombres reconocieron cambios significativos en la mayoría de las escalas de calidad de vida. En cambio, las mujeres manifestaron un empeoramiento significativo de la sintomatología depresiva .
Salud Mental y Calidad de Vida
La calidad de vida de las mujeres empeoró tanto al momento de la hospitalización como al año de seguimiento, en comparación con los hombres. Las mujeres con enfermedad coronaria tienen mayor probabilidad de experimentar más síntomas al inicio de la enfermedad. Por otra parte, al tener en cuenta las variables psicosociales, clínicas y comórbidas, las diferencias de la calidad de vida relacionadas con la salud también fueron notoriasen las mujeres.
No se observaron diferencias significativas de gravedad de la depresión al inicio del estudio entre los hombres y las mujeres, pero estas últimas refirieron aumento de la sintomatología depresiva al año de seguimiento. Los datos sugieren que tendrían una respuesta psicológica más negativa, luego de presentar un infarto agudo de miocardio, que afectaría la recuperación. La aparición de un infarto agudo de miocardio en las mujeres no coincide con la expectativa de vida. Esto conlleva un grado significativo de estrés y aumenta el riesgo de depresión. También los investigadores sugieren que el puntaje superior relacionado con la depresión en las mujeres se debe a un sesgo de información, ya que los hombres tienden a minimizar los síntomas.
Asimismo, ciertos factores psicosociales, como los síntomas depresivos y el aislamiento social, obstaculizan la participación de las mujeres en los programas de rehabilitación. De acuerdo con los resultados del presente estudio, el efecto de la depresión sobre la calidad de vida relacionada con la salud de las mujeres que sufrieron un infarto agudo de miocardio es significativo. La rehabilitación cardíaca debería contemplar la depresión La evaluación sistemática de la sintomatología depresiva debería incorporarse en los servicios de rehabilitación cardíaca. El tratamiento debe ser enérgico, ya que la depresión es una enfermedad grave y angustiante para el paciente y su familia, que puede afectar la capacidad de manejar las enfermedades crónicas y aumentar el riesgo de ideación suicida.. |
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EL TABACO AFECTA LA CONCENTRACION Y LA MORFOLOGIA
DE LOS ESPERMATOZOIDES
El tabaquismo compromete la concentración y la morfología espermática, asociándose con un mayor número de células espermáticas inmaduras. Los trastornos posiblemente obedezcan a la presencia aumentada de especies reactivas de oxígeno en los sujetos que fuman. Estas consideraciones, fueron formuladas por investigadores de la Universidad de Rosario, Argentina.
La producción de espermatozoides, morfológico y funcionalmente normales, requiere un proceso altamente sincronizado en los túbulos seminíferos. Los andrógenos son hormonas esenciales para que ocurra una espermatogénesis adecuada, es decir, una producción normal de espermatozoides.
La nicotina, una de las sustancias tóxicas del tabaco, reduce la concentración sérica de las gonadotrofinas, que son hormonas liberadas por la glándula pituitaria y responsables de la estimulación de los testículos.
Por su parte, los hidrocarburos aromáticos policíclicos (aspiración de aire contaminado) se asocian con inducción enzimática, con lo cual se compromete la producción de hormonas sexuales. En este trabajo, los autores analizan el efecto del tabaquismo sobre la espermatogénesis en pacientes con infertilidad idiopática, que afecta generalmente al 39% de los hombres.
Métodos
Se investigaron 131 hombres con infertilidad idiopática asistidos en el Servicio de Reproducción del Hospital Centenario de Rosario. La muestra se obtuvo por masturbación después de 3 a 5 días de abstinencia sexual. El espermograma y los estudios funcionales se efectuaron según las normas de la Organización Mundial de la Salud.
Los participantes integraron 3 grupos de estudio: el grupo 1 estuvo formado por 19 hombres que fumaban más de 20 cigarrillos por día; el grupo 2 incluyó 43 pacientes que fumaban menos de 20 cigarrillos por día y el grupo 3, 69 sujetos no fumadores. Los individuos que fumaban mantenían el hábito por más de un año.
Se estudió la concentración de las células germinales y la morfología espermática. La concentración de espermatozoides se determinó por recuento . Se contaron como mínimo 200 espermatozoides. Se determinó la cantidad de células germinales por cada 200 espermatozoides y se calculó su concentración; los resultados se refirieron a la concentración espermática por ml de eyaculado.
Resultados
En sujetos no fumadores la concentración espermática fue de 57.1 x 10/ml; en pacientes fumadores de menos de 20 cigarrillos por día fue de 35.0 x 10/ml mientras que en los hombres que fumaban más de 20 cigarrillos diarios fue de 33.5 x 10/ml.
La concentración promedio de células germinales (10/ml) fue de 0.29 en los hombres no fumadores, de 0.78 entre los que fumaban menos de 20 cigarrillos por día y de 1.09 en los que fumaban más de 20 cigarrillos diarias
Conclusiones
En hombres fumadores se comprobó una reducción de la concentración promedio de espermatozoides.
La proporción de espermatozoides anormales fue mayor en sujetos fumadores con una diferencia de más del 3% con respecto a los no fumadores. Un estudio anterior mostró que el porcentaje de espermatozoides morfológicamente anormales aumenta en hombres que fuman.
En el semen de los pacientes fumadores también se observó un incremento de las células germinales, con mayor interrupción de la espermatogénesis (producción de espermatozoides) en relación con la mayor cantidad de cigarrillos consumidos.
El humo del tabaco contiene alrededor de 4 000 compuestos y muchos de ellos son especies reactivas del oxígeno y del nitrógeno. El aumento del estrés oxidativo y la mayor producción de citoquinas proinflamatorias se asocian con alteración de la regulación de la espermatogénesis y con compromiso de la viabilidad espermática. En conjunto, los hallazgos sugieren que el tabaquismo es un factor importante en la aparición de infertilidad masculina, concluyen los autores.